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  • Foto del escritorEri1305

I miss you. I

Karen despertó esa mañana sintiéndose triste, caminó a la cocina e hizo el desayuno, Hikari continuaba en la cama con Anne, su perrita, ambas dormidas aún, lo cual le había causado ternura al levantarse, pero eso se veía opacado por el pensamiento de que ella se iría y no podría verla antes de eso, sus recuerdos presionaron en su mente a aquella tarde hacía un mes atrás cuando le dijo que se iría.

—Karen, voy a irme a Inglaterra.

La paz que había estado sintiendo Karen en sus brazos se vio desvanecida una vez escuchó sus palabras, Hikari se iría a Inglaterra, repetía en su mente y muchas dudas comenzaron a llenar su cabeza, ella entonces rompió el abrazo, para mirar a su acompañante en la cama —¿Porque?

Hikari comprendió que Karen podría estar esperando explicaciones, por lo cual tendría que dárselas, la miró detenidamente intentando descifrar si debía ser más suave con ella o si el tema era sensible, llevaban años juntas y Karen todavía le parecía difícil de leer del todo—Ayer me llamaron del Aldelphi Teatre, en Londres, Inglaterra, por lo cual tendré que ir, tendré una audición para un papel protagónico que vale la pena.

La castaña asintió intentando no hacer evidente la maraña de sentimientos que llevaba dentro —¿Por cuánto tiempo?

Hikari la miró un poco preocupada y le dijo —Amor... Sobre eso, pensaba que podríamos irnos las tres juntas... Nos quedaríamos en casa de mis padres en Inglaterra.

Karen escuchó aquel tono de voz que evidenciaba que algo no estaba bien, entonces oyó sobre sus padres y sintió su piel palidecer, no tenía buenos recuerdos referentes a la reacción del señor Kagura al enterarse que mantenían una relación, por lo cual no quería verlo otra vez, prefería no hacerlo pronto —Tendré que pensarlo, no sé si esté lista para enfrentar a tu familia.

La pelinegra no le dio muchas vueltas y solo le dio un asentimiento antes de soltarle — Comprendo, si consigo el papel me tendré que quedar por un tiempo, pero no sabría decirte exactamente cuánto. Lo que, si te puedo prometer, es que regresaré.

El aire de la habitación se hizo pesado para la castaña, Hikari parecía relajada, pero ella no podía sentirse de esa manera con una noticia como esa, ella se iba a ir, la última vez que se fue, no volvió en doce años, no quería que eso sucediera otra vez —¿Qué día?

La pelinegra entendió que el tema era delicado, Karen no lo estaba tomando a bien, sabía que le estaba molestando, pero estaba intentando ser madura —El 2 de diciembre debo ir viajando, cariño — La pelinegra conocía a Karen lo suficiente para saber que llamarla de esas formas la endulzaba un poco siempre, entonces sintiendo su rostro arder en un sonrojo, la abrazó contra su cuerpo otra vez en la cama y le susurró al oído —Voy a volver, es una promesa.

Ya era dos de diciembre. Y durante aquel mes a Karen le había llegado una propuesta del teatro de Tokio, para un papel secundario, ella debía presentarse durante esa semana, por lo cual le dijo a la pelinegra que no podría acompañarla al aeropuerto, tampoco sabía si estaba lista para una despedida. Y ahí estaba, comiendo sola en la cocina porque no quería hablar con Hikari, ella había sido quien le había dicho a la pelinegra que no podía abandonar algo tan importante para quedarse con ella, y ambas sabían que tenía razón, aunque ella quisiera ser egoísta y pedirle que se quedara, no podía ni debía, y temía que no regresara aún a pesar de su promesa, iba a extrañar a su Hikari, no sabía que iba a hacer si no volvía, pero no quería ir con ella y enfrentarse al rechazo del señor Kagura. Con un suspiro cedió ante sus pensamientos para tomar sus cosas y prepararse, en minutos se alistó y salió a dar una vuelta, no planeaba volver pronto, solo hasta que la pelinegra se hubiese ido. Quería calmar su mente y pensaba que comenzando el día en movimiento era la mejor opción.

Un par de horas después Hikari despertó, y grande fue su sorpresa al no encontrar a Karen dormida, ella solía tener que levantarla porque ni siquiera el despertador podía con su sueño, entonces recordó la fecha y se decidió por hacer sus maletas después de desayunar, ducharse y prepararse para el día, iba a ser un viaje largo. Pero sus pensamientos la llevaban a lo mismo, Karen, iba a extrañarla, volvería a Londres, otra vez sin ella, entonces sintió que algo en ella se encendió, un sentimiento que comenzó apagado hasta subir por su cuerpo, estaba molesta, porque Karen se había ido sin decirle a donde, sin pensar en ella, ¿Cuántas horas habrían pasado desde que había salido? ¿Porque no le dijo nada? ¿Porque no volvía? A ella ni siquiera le gustaba salir a correr sola, lo hacía siempre con Anne y ahí estaba, sentada a sus pies en el suelo mirándola, decidida sacó su teléfono y le escribió.

En mensajería

Hikari: Karen, ¿Dónde estás?

Karen: Salí a caminar un rato, necesito relajarme un poco.

Hikari: Bien. Asegúrate de volver antes de las once.

Karen estaba sentada en una banca en un parque cercano a su departamento, no quería volver y enfrentarse a la realidad, no estaba lista para una despedida, ella se iba a ir.

En cambio Hikari una vez terminada sus labores se sentó en la sala en silencio a acariciar a Anne mientras analizaba la situación, entre el cúmulo de pensamientos se fue haciendo tarde, ella seguía sentada frente a la puerta y no sabía si esperaba a Karen o solo inconscientemente había elegido justo ese asiento, cerró sus ojos y recordó aquel día en que le contó a su padre en la última visita que le había hecho en Japón sobre su relación con Karen, la forma en que se veía tan molesto, como le gritó respecto a ello y el rostro de tristeza de Karen por estar siendo juzgada de esa manera, con un suspiro abrió sus ojos y se dijo a si misma que entendía porque no quería viajar con ella, podía estar tomándolo con normalidad, pero tenía conocimiento sobre lo sensible que era Karen, lo que no podía comprender era esa decisión de desaparecer el último día que se verían, se levantó, tomó sus maletas y emprendió viaje al aeropuerto mandándole un último mensaje a Karen, pero antes dándole un beso en la cabeza a Anne, además de decirle —Cuídala por mí, pero no dejes que ella sepa que te dije eso. Te quiero, nos vemos pronto mi vida —Le acarició la cabeza por última vez antes de salir del departamento.

Hikari: Estoy yendo al aeropuerto, mi vuelo despega a las 12:00, cuídate.

Ciertamente no tenía esperanzas en que fuera a despedirla, después de todo, ella tenía que presentarse en el teatro a la una de la tarde. Estaba molesta y triste, Karen la había abandonado el último día. Con un pequeño suspiro se bajó del taxi al llegar al aeropuerto y emprendió marcha por los pasillos del mismo, miró la sala que decía su boleto y caminó hacia ella, todavía tenía que esperar algunos minutos.

Cuando estaba por ir al andén escuchó una voz conocida decirle al colocarle una mano en el hombro —¿Te vas sin despedirte?

Su sorpresa fue grande al ver a Nana regalarle una sonrisa, tras de ella estaban Junna, Futaba, Mahiru y Maya. Sintió una pequeña decepción dentro suyo al no ver a Karen, hasta que escuchó a Futaba decir —¿Estás buscando algo?

Mahiru entonces le regaló una gran sonrisa y le hizo una seña a Maya, quien camino un par de pasos al lado para posicionarse tras de una castaña bajita que se veía realmente nerviosa y la cual le regaló una sonrisa a la pelinegra, entonces Tendo-san soltó —Aquí esta lo que estás buscando.

Karen miraba al suelo nerviosa de que Hikari estuviera molesta antes de regalarle una sonrisa —¡Hikari-chan!

La pelinegra estaba sorprendida, entonces le dio una pequeña sonrisa y le dijo en un susurro —Karen.

Junna al ver la situación le preguntó a Hikari —¿A qué hora sale el vuelo?

La pelinegra le contestó —A las doce.

Karen miró el reloj en la pared del aeropuerto que marcaba las 11:40 y saltó en sus brazos, aferrándose a su cuerpo en un abrazo, no quería dejarla ir, respiraba profundamente aguantando sus lágrimas, quería que se mantuviesen así el resto de sus vidas, su Hikari-chan se iría. La pelinegra la abrazó de vuelta sintiéndola temblar y escuchó entonces sus sollozos, lo que la hizo acariciarle el cabello con dulzura —Karen, voy a volver, tranquila.

La castaña asintió en el abrazo aferrándose más, comenzando a hipar en el llanto, una voz anunció que era momento de abordar el vuelo y el abrazo se hizo aún más fuerte, Nana al escuchar el llanto de Karen se acercó a abrazarla, siendo imitada por Mahiru, luego Junna, Futaba y una Maya algo tímida, terminando en un abrazo grupal en muestra de apoyo a sus amigas. Karen al sentir el abrazo fue calmando su llanto, Nana entonces las soltó y el resto la secundó. La pelinegra al ver a la castaña tan triste sintió una presión dentro de sí que le decía que no podía dejarla así, que necesitaba verla feliz, entonces le dio un abrazo muy fuerte y la sintió calmarse al enterrar su rostro en su pecho mientras ella colocaba su cabeza sobre la suya, y le susurraba —Nos volveremos a encontrar aquí en unos meses, lo prometo.

Karen asintió y la soltó, soltando un suspiro para acabar con su llanto. Nana colocó sus manos en sus hombros mientras Mahiru la abrazaba por la espalda, Hikari escuchó el segundo aviso de abordar con pesadez, Maya se acercó a ella y le tendió la mano para un apretón —Da lo mejor de ti en esa audición Kagura-san. Muéstrales tu brillo.

Futaba vió la escena con burla antes de soltar una risa y acercarse a Hikari para darle un abrazo una vez Maya se hizo a un lado —¡Vaya! Ustedes ni teniendo años de amistad se dejan de formalidades —Las aludidas se sonrojaron levemente —Suerte en Inglaterra, Hikari, ¡Anda, muéstrales todo tu potencial!

Junna se acercó a la pelinegra para tenderle la mano en una despedida y decirle —Me encargaré con Nana de que Karen no haga nada tonto mientras no estás, cuídate en Londres y muéstrales el potencial de Seisho.

Mahiru caminó hacia ella después de soltar a Karen y le dio un gran abrazo a Hikari, quien se lo devolvió, Mahiru había sido una gran amiga de ellas, a pesar de lo posesiva que había sido a veces con Karen, Mahiru respetaba su relación y habían terminado teniendo una gran amistad, Hikari agradecía que Karen hubiese conocido a Mahiru porque ciertamente la había mantenido a raya ese año que ella no estuvo en Seisho, la peli-morada le miró con una pequeña sonrisa y le dijo antes de fruncir el ceño en broma —Asegúrate de limpiar tu habitación, haré que Karen-chan mantenga limpio todo su departamento mientras no estás y que cuide a Anne, cuídate, Hikari-chan. Suerte en Inglaterra.

Nana soltó a Karen una vez que Mahiru regresó con ella y le acarició el cabello ayudándola a tragar esas lágrimas que todas sabían que estaba reteniendo, la rubia caminó hacia Hikari y le dijo tendiéndole la mano para darle un apretón, cosa que tomó por sorpresa a la más baja —Hikari-chan, sé que vas a lograrlo —Entonces Nana tiró de Hikari en un abrazo sorprendido a la pelinegra que se lo devolvió más que nada para evitar caer, la voz de Nana se volvió un susurro —Procura no irte esta vez por 12 años o siete meses sin dejarla saber de ti o te las verás conmigo.

Hikari asintió en el abrazo antes de susurrarle de vuelta — Daiba-san, necesito pedirte un favor, Cuídala por mi mientras no estoy y a Anne, no sé qué sería de mí si les pasa algo.

La rubia asintió con una sonrisa y le dijo —Cuenta con ello —Entonces rompió el abrazo.

Todas vieron como Karen caminó hacia ella temblando mientras se tragaba sus lágrimas y soltaba por lo bajo —Hikari-chan...

La pelinegra tiró de ella en un abrazo sonrojada, la castaña comenzó a llorar sosteniéndose de su ropa, aferrándose a ella una vez más, Hikari recordó cada vez que Karen se había aferrado a ella de esa forma y entonces tomó su rostro entre sus manos para besar el rastro de sus lágrimas y luego su frente, estaba completamente roja, pero se convenció a sí misma de que si no hacía eso la castaña no pararía de llorar y no podría irse tranquila. Ella también echaría de menos Japón, también iba a extrañar a esas chicas, también iba a echar de menos a Anne, al resto de sus amigas, aunque principalmente a su Bakaren, la chica que esperó por ella doce años, luego la buscó siete meses, que saltó para salvarla, su Karen. Aprovechando que tenía su rostro entre sus manos dejó todo su amor en un último beso, le dejó saber todo lo que la extrañaría y solo así se permitió ser descubierta por Karen siendo sensible, la amaba e iba a extrañarla y a Karen le quedó claro, por último, le susurró —Volveré por nuestro Starlight, nuestra promesa.

Junna miraba conmovida la situación mientras le tomaba la mano a Nana, quien estaba sonriente viendo el momento, tendría que cuidar mucho a Karen ahora que estaría sola, Futaba miraba en otra dirección intentando evitar la escena, Mahiru limpiaba un par de lágrimas que escapaban de sus ojos mientras Maya solo veía todo evitando sonreír recordando sus despedidas rutinarias con Claudine en esos pasillos.

Hikari soltó a Karen y les dijo —Gracias, chicas, nos vemos en unos meses, goodbye (adiós) — Todas soltaron despedidas mientras la veían ir por el pasillo alejándose, Karen tomó el brazo de Nana aferrándose a ella mientras trataba de sostener sus lágrimas, Hikari volteó a mirarla para despedirse una última vez antes de perderlas por completo de vista, Karen le devolvió el movimiento de mano en despedida aunque la pelinegra solo le sonrió, se había ido, después de unos segundos a Nana se le ocurrió ir por helados y a todas les pareció una buena idea, sabían que Hikari estaría bien, les preocupaba la tonta castaña que tenían ahí.

Cuando llegó al aeropuerto Internacional de Londres, Heathrow, lo primero que hizo fue mirar su reloj, el cual marcaba las dos de la mañana en Inglaterra, sacó su teléfono para comprobar la hora que debía tener Karen, entonces se decidió escribirle...

En mensajería:

Hikari: Ya estoy en Inglaterra. Y buenas noches.

Karen: ¡Hikari-chan! ¿Cuándo volverás?

Hikari: Karen, apenas viaje hoy.

Karen: Hikari-chan... TuT

Hikari: Volveré pronto, ten paciencia.

Karen: Lo sé, debo tener paciencia... :'c

Hikari: Asegúrate de alimentar bien a Anne y sacarla a pasear.

Karen: Lo sé, no va a pasarle nada, confía en mí, no te preocupes.

Hikari: Sabes que me preocuparé igual

Hikari: ¿Y qué sucedió después de que me marché?

La pelinegra lo preguntaba porque sabía que seguramente Karen se lo quería contar, pero no encontraba la forma.

Karen: Banana nos invitó a unos helados, luego tuvo que irse al trabajo, entonces me quedé con Junna-chan, porque el resto tuvo que irse también después de un rato, y yo invité a Jun-Jun a nuestro departamento, estuvimos hablando gran parte de la tarde, cuando salí con Anne al parque nos acompañó hasta que oscureció.

Karen: ¿Y a ti como te fue en el viaje?

Hikari: Parece que te divertiste... Yo estuve gran parte del viaje dormida y la otra parte viendo episodios de la serie de Mr.White.

Karen: Parece que no fui la única que se divirtió un poco.

Hikari ya estaba fuera del aeropuerto con sus maletas en mano lista para irse, justo en ese momento estaba tratando de parar un taxi mientras pensaba como hablaría con su padre después de la tensión que quedó entre ellos desde la última vez que se vieron, recordaba lo enojado que se veía cuando le contó sobre Karen, dando una mirada alrededor soltó un suspiro y miró al suelo pensando en lo nostálgico que era estar en Inglaterra. Logró parar un taxi, una vez dentro del mismo y rumbo a su destino volvió a mirar su teléfono, para leer un par de mensajes nuevos de Karen.

Karen: Ya está Anne saltándome en la cama, creo que quiere que la saque a pasear.

Hikari: Es tu deber, hazle caso y sacala a pasear.

Karen: Pero yo quiero tomar una siesta en el sofá.

Hikari: Karen...

Karen: Igual no creo que pare de ladrarme si no la saco, vuelvo en un rato.

Hikari: Yo ya estoy camino a casa de mis padres, estoy bastante cansada así que creo que dormiré apenas llegue. Cuídate, debe estar oscureciendo ya en Tokio.

Karen: Lo haré, me cuidaré a mí y a Anne, tú también cuídate mucho en el camino, espero estar aquí para cuando despiertes.

Karen tomo la correa de Anne y comenzó a caminar junto a ella fuera del departamento, aunque cualquiera que las viera pensaría que era Anne quien paseaba a Karen por como la arrastraba por los pasillos hacia la salida.

A miles de Kilómetros de distancia, después de un viaje silencioso y tranquilo para Hikari, llegó a casa de sus padres, al bajar caminó por la entrada hasta estar frente a la puerta, dando un golpe esperó a que alguien abriera, como era bastante tarde esperó pacientemente a que algún ama de llave abriese y no la persona que tenía enfrente, su madre la abrazó fuertísimo sin darle mucho tiempo a reaccionar, ella también la había extrañado, no la había visto en meses.

Después de unos segundos en ese abrazo la invitó a pasar.

—Hikari, mi vida ¿Porque no nos avisaste que vendrías? — Su madre tenía un toque de intriga en su voz.

—Disculpa, madre, no sabía cómo reaccionaría él si les decía que vendría — Hikari estaba mirando sus manos avergonzada, mirando una vez más a la mujer que estaba frente a ella le dijo — He viajado bastante, me gustaría descansar por hoy si se me permitiese.

Con un asentimiento le respondió su madre para mandar a la primera mucama que apareciese, por el pasillo, una vez Hikari estuvo ubicada en su habitación colocó sus maletas en el suelo para caminar hasta la cama y dejarse caer, el sueño se apoderó de ella rápidamente, estaba tan cansada que terminó durmiéndose antes de darse cuenta.

La noche pasó muy rápido para Hikari, de pronto ya eran las ocho de la mañana y se encontraba despertando perezosamente al escuchar como alguien tocaba su puerta, estaba segura de haber escuchado entre sueños a la mucama decirle que su madre la estaba esperando para desayunar, así que trató de levantarse lo más pronto posible. Aunque primero que nada revisó la hora y calculó que hora podría tener Karen, le mandó un “buen día”, y se levantó definitivamente, para irse a bañar y alistar.

Después de unos minutos se encontraba en el pasillo totalmente preparada para el día, pensaba desayunar y luego irse a dar una vuelta por la ciudad, y por más que le gustaría decir que su plan de dar una vuelta por la ciudad era por diversión, sabía en el fondo que era su plan de escape para esa conversación que tendría con su padre y que sabía que era inminente, una vez estuvo junto a la entrada al comedor soltó un suspiro, podía oír su voz a tan solo unos pasos de ella, su madre parecía bastante feliz y animada, estaba contenta de verla después de meses, armándose de valor cruzó el umbral de la puerta y una vez del otro lado soltó —Buenos días.

Su madre le respondió en japonés con un —Buen día — acompañado de una gran sonrisa, solo pudo sonreírle suavemente de vuelta.

Su padre en cambio sin inmutarse le contestó — ¿Qué haces aquí?

Sentándose Hikari le contestó —He venido a Inglaterra por una audición, y para minimizar gastos le he dicho a mi madre que me quedaré aquí durante el tiempo que termine — la mitad de eso era mentira, pero sabía que su madre no iba a negarse en cubrirle las espaldas.

—¿Y ella ha venido contigo? — Su enojo era bastante notable en su tono de voz. Y por la mirada aplastante que le dió a Hikari tuvo que convencerse que no se dejaría intimidar.

—¿Karen? No, decidió no venir esta vez, está bastante ocupada con una obra de teatro que estará presentando este mes —Eso también era en su mitad falso, pero no creía prudente decir que se había quedado por temor a él y su actitud.

A su memoria vinieron los recuerdos de la última vez que Karen estuvo en esa casa, en el momento en que le contó a su madre quién era, ella la abrazó animadamente y le dijo que cuidase de su hija y estaba feliz de que su pequeña pelinegra fuese capaz de enamorar a una chica tan tierna y linda, Karen estaba muy avergonzada y nerviosa. Su madre siempre había sido la más animada de su familia, eran casi del mismo tamaño, ambas tenían el cabello completamente negro y lacio, pero los ojos de ella eran verdes, en cambio, los suyos azules, las facciones de su rostro eran bastante diferentes, el rostro tranquilo y serio de Hikari siempre hacía contraste con la sonrisa de su madre, Hikaru, y sus personalidades también eran un gran contraste. Ella era seria y reservada, bastante introvertida, Hikaru por el contrario era más amable, risueña y un poco sumisa ante su padre.

Arthur, físicamente era imponente, de contextura ancha, ojos azules como los suyos y cabello castaño oscuro, sus personalidades sí eran más parecidas, pero a diferencia de Hikari, él era más alguien serio que introvertido, no le gustaban mucho las bromas, ni las personas muy sonrientes, excepto Hikaru, era un hombre fuerte de carácter y físicamente también, estaba acostumbrado a que se hiciesen las cosas que él quería. Para Hikari eso nunca fue un problema, solían llevarse bien, nunca había sido un mal padre, pero esa actitud entre ellos comenzó desde la vez que le presentó a Karen.

Después de presentársela a su madre, Karen le dijo animadamente —Que linda es tu madre, ojalá la mía fuese así.

Hikari le sonrió suavemente y le dijo en burla —Karen... Tu madre no es mala, lo único que tienes que hacer es dejar de vagar todo el día y cumplir tus obligaciones.

— Pero no es justo, tú tienes hasta mayordomo, puedes vagar todo el día.

Contratacó un poco divertida por las quejas de Karen — No es como si no viviese sola en un departamento en Japón — Aunque eso tampoco le prohibía ser una desordenada y procrastinar todo el día.

Se encontraban caminando al despacho de su padre, sabía que él se encontraba ahí y estaba bastante nerviosa, le sorprendía como Karen no lo podía estar, hasta que se dió cuenta que ella no sabía a donde iban, deteniéndose al ver la puerta la tomó de las manos y le dijo mirándola a los ojos — Vas a conocer a mi padre — La cara de sorpresa de la castaña la hizo mirarla con un poco de empatía, había estado igual de nerviosa cuando conoció a la familia de ella —Karen, No te preocupes...

Con un asentimiento la castaña se convenció que tenía que ser valiente, Hikari soltó sus manos y tocó la puerta, una vez escuchó el permiso para entrar, lo hizo con Karen detrás de ella. Cuando estuvo frente a su padre y esté dándole toda su atención decidió hacerlo, pero estaba tan nerviosa que no sabía cómo, así que le dijo — Padre, quisiera presentarte a Aijo Karen...

Su padre asintió levantándose cordialmente a saludarla, pero Hikari demoró tanto de decir lo siguiente que él ya se encontraba teniéndolo una mano a Karen para un apretón de manos, la castaña envolvió la grande mano de Arthur entre las suyas dándole un apretón efusivo y soltándole un “Mucho gusto”, Hikari soltó por lo bajo —Mi novia...

La mano de Arthur abandonó las de Karen y la miró seriamente. Hikari al ver su expresión se posicionó frente a Karen, sin darse cuenta de ello, dando unos pasos atrás, Arthur repentinamente lleno de ira le gritó a la castaña mirándola fijamente — ¡Sal de aquí! — Karen atemorizada sin saber cómo reaccionar no supo moverse, por lo cual él caminó en dirección a ella, Hikari aún entre ellos lo encaró.

— No le hables así... — Era la primera vez que Karen veía a Hikari tan tensa y enojada, ambos parecían que en cualquier momento se agarrarían a golpes, lo cual le parecía una imagen demasiado extraña mentalmente.

— Tú no te metas, o es que no sabe hablar — Era una ira irracional, le enojaba ver a esa chica. Siempre había esperado que su pequeña Hikari consiguiera a un hombre fuerte que llevase su negocio a futuro, era su única hija y no la veía preparada para manejar su imperio, y que de pronto apareciera por su puerta con una chica bajita y con cara de tonta, tierna y débil le molestaba muchísimo.

La castaña trató de hablar aunque tenía un nudo en la garganta por la forma en que acababa de ser rechazada —Lo lamento, señor — Llena de un valor extraño se acercó a él con intenciones de reparar esa situación, aunque ni siquiera se había percatado de que no tenía idea de lo que estaba haciendo y él justo le había pedido que se fuese — Soy Karen, y yo amo a su hija — No tenía ni la más mínima idea de lo que estaba diciendo, y solo cuando se dió cuenta de ello ya tenía frente a sí a Arthur mirándola con el ceño fruncido, era muy imponente a su lado, media casi un metro con alrededor de noventa centímetros, le llevaba bastantes centímetros de diferencia.

Hikari veía la escena preocupada, no dudaba de que si él ponía una mano encima de ella la defendería, pero estaba tan cerca de él que casi no podía oír sus palabras.

Karen solo pudo escuchar las siguientes palabras en un susurro de parte de aquel hombre —Aléjate de mi hija, y vete de aquí, tú no eres bienvenida en esta casa, ni en esta familia.

Hikari nunca se enteró de esto último, solo pudo ver a Karen dar un par de pasos atrás, hacer una reverencia y salir del despacho dejándola sola con él, molesta le gritó — ¡No me importa lo que pienses! ¡No permitiré qué trates a Karen de esa forma! — Salió de la habitación azotando la puerta y buscando a la castaña, para encontrarla llorando mientras recogía sus pocas cosas dispuesta a irse. Solo Hikaru fue capaz de convencerla de quedarse el tiempo que restaba para su viaje de regreso a Japón, en esos días la castaña hizo todo lo posible para no cruzarse ni un solo momento con Arthur.

Volviendo a ese desayuno lo escuchó decir con una sonrisa victoriosa —Veo que entendió.

Hikari se levantó de la mesa dejando su comida a medias, mirando a su madre hizo una reverencia y dándole la espalda a su padre salió por la puerta. La escuchó decirle que no tenía que tratar así a su hija, tenía meses sin verla, que al menos intentara llevarse mejor con ella el tiempo que estuviese. Con un suspiro Hikari caminó a la salida pensando que nada cambiaría para ella si él no entendía que Karen y ella estaban juntas y eso no era un problema, que Karen no se iría por más que quisiese.

Después de caminar un poco sacó su teléfono y leyó un "Buenas noches" de parte de ella, con una pequeña sonrisa le comentó que estaba saliendo al centro de Londres a caminar un rato, antes de irse a la primera audición, pensaba desayunar bien en un restaurante antes de irse al teatro. Se sorprendió un poco al escuchar su teléfono comenzar a vibrar y sonar entre sus manos, no pudo evitar sonreír muy ligeramente al ver que Karen la estaba llamando, conectó sus auriculares y le contestó.

Karen del otro lado de la línea soltó alegremente — Hello! (Hola) —Era un gran intento de pronunciación, pero aún así le causó algo de gracia.

— Hi, How are you? (Hola ¿Cómo estás?) — La pronunciación de Hikari era tan buena y rápida que Karen no entendió casi nada y era una pregunta bastante sencilla.

—Basta, Hikari-chan, no entiendo nada. ¿Cómo te está yendo en Dondon? — Karen realmente se esforzó en pronunciar el nombre del lugar, se encontraba en ese momento acostada en su cama con Anne bajo sus pies, Hikari solía prohibirle subir a la cama, pero si ella no estaba, no podía molestarle.

Con un suspiro soltó — London, Karen, o Londres, no puedo creer que cometas los mismos errores de cuando teníamos cinco años — Estaba caminando por una plaza donde había un pequeño restaurante, decidida caminó hacia él dispuesta a desayunar —Estoy bien, extrañaba este lugar, estoy a punto de ir a desayunar en un restaurante al que solía ir cuando estaba en la ciudad, sabes como soy para la cocina, así que solía comprar comida.

Karen asintió como si ella pudiese verla, al recordar esto le dijo con una risa avergonzada — Solo llegué a desayunar en tu casa, y usualmente era algo japonés porque tu madre quería que me sintiese como en casa. ¿Qué tipo de cosas desayunan?

Hikari sonrió un poco ante su curiosidad y su risa, ya extrañaba ese sonido —Tostadas, panqueques, cualquiera cosa con té...—Se quedó unos minutos en silencio pensando en que más decir, su mente se acababa de resetear. Ya se encontraba sentada en el restaurante, pero no le dió por leer la carta y había varias cosas que no terminaba de saber cómo pronunciar en japonés.

—¿Hikari-chan? — Karen se escuchaba preocupada del otro lado, no era como usualmente que veía su rostro y entendía que estaba pensando, Hikari no sabía cómo se acostumbraría a ello, apenas iba iniciando el día y había hablado más de lo que usualmente hablaba.

La mañana pasó bastante rápido para Hikari y Karen, al terminar su desayuno inglés, Hikari salió aún hablando, mínimamente de su parte, con Karen, esta última le contó sobre cómo le fue en el día y como se encontraba, le contaba también a donde iría al día siguiente, que planeaba, Hikari escuchaba atentamente con una pequeña sonrisa, le encantaba escuchar a Karen tan enérgica, ya la extraña, recordó que esa fue la razón por la cual nunca le escribió de vuelta, ya la estaba extrañando, sentía deseos de regresar por ella, para estar a su lado, junto a su Anne que hacía acto de presencia en la llamada ladrando a veces.

Entonces Karen le preguntó por la ciudad, como se veía, y Hikari para ahorrarse palabras decidió enviarle unas cuantas fotos. Cuando se hicieron las once le avisó a Karen que tenía que irse, ya era hora de emprender viaje al teatro, colgaron, Hikari estaba midiendo el tiempo viendo su reloj mientras abordaba un metro, estaba al otro lado de la ciudad.

Karen sonrió al colgar y le dijo a Anne —¿No la extrañas también?

La perra le ladró, cosa que hizo a la castaña asentir —Sé que lo haces, pero hay que tener paciencia, ya va a volver.

Una semana pasó tortuosamente para ese dúo, Karen era quien había estado más aburrida ese tiempo, paseando a Anne, saliendo al parque con ella, hablándole a sus amigas, a veces se encontraba con Nana y salían a comprar helados hasta que esta tenía que irse a su trabajo, incluso llegó a visitar a Claudine aprovechando que Maya estaba ocupada en unos ensayos, aunque principalmente solía salir con Mahiru, iban de compras, a veces solo para encontrarse, hablaban de Suzu, Hikari, Mahiru a veces hablaba sobre Béisbol, a Karen no le molestaba en lo absoluto, aunque usualmente no entendía nada, y en las noches cuando Hikari tenía tiempo le hablaba, había empezado a trasnochar un poco para hablar con ella un rato, le permitía llamarla y eso hacía que ambas se extrañaran menos de alguna manera. También antes de dormir, la llamaba, usualmente cuando eran alrededor de las una de la tarde para Karen y nueve de la noche para Hikari.

Justo eran pasada medianoche, ella estaba sentada en el sofá de su departamento acariciando a Anne quien estaba sentada junto a ella, escuchó su teléfono sonar y no dudó en contestar, pero para su sorpresa pudo ver a Hikari del otro lado de la pantalla, sonrío enormemente.

—¡¡HIKARI-CHAN!!— Trató de colocar el teléfono lo mejor posible en la mesita de enfrente, bajar a Anne del sofá, tratando de distraerla, y por curiosidad preguntó —¿A qué se debe este mil... Mil...

—Milagro, Karen, y sinceramente no fue idea mía, hay alguien que quiere saludarte — Hikari se hizo a un lado, ella estaba sentada en una silla frente a un ordenador portátil, Hikaru hizo acto de presencia frente al computador.

—¡Hola, Karen! ¿Cómo has estado, cariño? —Su sonrisa amable y sincera combinada con su mirada cariñosa la hizo arrepentirse de no tomar ese viaje.

—Bastante bien, señora Kagura, aunque me habría gustado poder ir a Inglaterra este año — Hikari la miró con cierto reproche desde atrás, Karen no sabía la versión de la historia que ella había dado. Karen al ver su mirada trató de improvisar —Pero, si no hubiese sido por esa obra— Estaba rogando mentalmente que Hikari no hubiese dicho algo más elaborado porque ella dijo lo primero que pensó al recordar la audición a la que iría esa misma mañana que fue a despedirse de Hikari.

La pelinegra decidió adelantarse antes de que su madre lograra decir algo — Si, si no hubiese sido por esa obra, Karen seguramente estaría aquí — Había un toque de molestia en su voz que Karen fue capaz de percibir.

—¿Y cómo te trata Hikari?, ¿Es buena esposa? — Ante el sonrojo de Hikari y el rostro sorprendido de Karen añadió en un susurro colocando sus manos en los hombros de la pelinegra quien se puso tensa de inmediato—He escuchado rumores de que están viviendo juntas, aunque claramente no he dejado que llegue a oídos de Arthur.

Karen con un rubor le respondió tratando de no sonar nerviosa —Es una gran compañía, trato siempre de alimentarla bien, a ella y a Anne — la aludida al escuchar su nombre levantó el rostro en la alfombra, Karen le hizo señas de que no era nada, mirando una vez más a la pantalla añadió —Estoy agradecida de que guarde el secreto.

La madre de la pelinegra le apretó los hombros y le dijo divertida —Espero que estés cuidando bien de esta chica, y no la estés tratando mal, es la nuera perfecta.

Karen se sonrojó aún más y Hikari la miró bastante avergonzada, dándole un asentimiento, aclaró su garganta para llamar la atención y le dijo a su madre —Lo hago, gracias, madre, por preocuparte por nosotras — Podía sentir cierta tensión de parte de la castaña.

Hikaru hablándole a Karen le dijo —Solo quiero que sepas que te extrañamos acá, linda, nos encantaría que vinieras a visitarnos pronto.

—Trataré de ir en cuanto me sea posible, señora — Era casi imposible para Karen no echar de menos a alguien tan tierna y linda como Hikaru, pero sinceramente no tenía intenciones de ir a esa casa en mucho tiempo, su mente tenía como si fuera un recuerdo muy fresco al padre de Hikari diciéndole que se tenía que ir, que no era bienvenida, que se alejara de...

Hikari vió como alzaban su mirada a la izquierda y se dió cuenta de lo que Karen estaba pensando, por lo que la interrumpió.

—¿Cómo estuviste hoy? — Hizo una pregunta bastante simple esperando a que Hikaru entendiera que necesitaban estar solas, al parecer lo hizo y despidiéndose de Karen y Hikari salió de la habitación dándoles algo de privacidad.

Karen al ver que ahora estaban solas le dijo —No me gusta mentirle de esa forma, pero no tengo el valor para enfrentarme a tu padre una vez más...

Hikari con un asentimiento le hizo entender que no la culpaba, aunque en el fondo le molestaba un poco que esa fuese la razón por la cual no fue con ella, trató de cambiar de tema — Pareces bastante cómoda en ese sofá, y creo que vi a cierta canina en mi sofá...

—Hikari-chan... — Karen trató de defenderse.

Estuvieron el resto de la mañana conversando sobre cualquier cosa que les pasase por la mente. Karen le contó sobre su tarde con Mahiru hablando de béisbol, la pelinegra no entendía nada, pero escuchaba atentamente asintiendo en algunos momentos, antes de que se dieran cuenta se habían hecho las tres de la mañana para Karen y Hikari tenía que empezar a alistarse para su audición de ese día.

Dos semanas sucedieron a esa, Hikari había estado bastante ocupada, pero lograba sacar algo de tiempo para su castaña, le escribía y hablaba siempre antes de irse a las audiciones, ese día no fue la excepción, le escribió en la mañana diciéndole que era el día decisivo, y justo iba llegando a casa de sus padres, esperaría llegar antes de escribirle, porque quería darse una ducha antes de verse obligada a socializar con alguien más. Una vez cruzó el umbral de la puerta se dirigió inmediatamente a su habitación con pasos pesados, estaba verdaderamente agotada.

Después de bañarse y prepararse para dormir revisó el reloj, y comprobó la hora que debería tener Karen, eran alrededor de las nueve de la noche para ella. Cinco de la mañana en Tokio, pero la noticia no podía esperar más, por lo que decidió llamarla.

Una castaña adormilada a kilómetros de distancia escuchó entre sueños su teléfono sonar, gruñó, se dio la vuelta y volvió a dormir, pero no paró de sonar, dándose vuelta una vez más giró en dirección a su mesita de noche y tomó el teléfono, contestando dijo —¿No ha visto la hora?¿Quién es?

Hikari escuchó su tono adormilado y le contestó —Karen, despierta, ya es tarde.

Karen miró la pantalla del teléfono viendo la hora, pero se resistió a decirle algo grosero, después de todo, habían ocho horas de diferencia entre ellas, sentándose en la cama le preguntó —¿Qué pasa, Hikari-chan?

—Lo conseguí — Hikari no estaba mostrando ningún tipo de emoción en su voz, porque estaba algo preocupada por de la reacción de Karen, pero en su rostro había una pequeña sonrisa que delataba su emoción oculta.

Karen saltó en la cama emocionada y gritó —¡¡Lo lograste!!, ¡Felicitaciones, Hikari-chan! — Anne se despertó por sus gritos y le saltó jugando con ella, Hikari activó la cámara repentinamente, Karen no dudó en activar la suya después de encender la luz de la mesita de noche, la pelinegra le sonrió suavemente desde el otro lado, estaba tirada en la cama con el teléfono enfocandola desde arriba donde lo sostenía con su mano izquierda.

Karen pudo notar su cansancio al instante. Con la mano con la que no sostenía el teléfono trató de desperezarse, Hikari la miraba atentamente y la castaña sintió que estaba intentando estudiarla, entonces se sonrojó al sentirse observada tanto tiempo y le dió una sonrisa genuina, realmente estaba feliz por ella —Sabía que lo lograrias.

Hikari solo pudo asentir en respuesta y le dijo —Gracias, espera por mí, volveré pronto...

Karen le sonrió enormemente y le dijo muy animada —¡Voy a celebrar con Banana hoy por ti! Y voy a esperar lo que sea necesario...

Se quedaron alrededor de dos horas hablando, tiempo en el que Karen disfrutaba la compañía, y le contaba lo que estuvo haciendo en el día, pero de un momento a otro Hikari colocó el teléfono entre una almohada y la cama, se recostó de lado a mirar a Karen, y antes de darse cuenta se quedó dormida, la castaña solo pudo sonreír al verla descansar, se notaba cansada y que estuvo haciendo lo posible para estar un rato con ella, pero verla así la hacía sentirla tan cercana.

Después de dormir una hora frente a una Hikari dormida, al volver a despertar decidió colgarle, no sin antes desearle unas buenas noches, dulces sueños, pedirle disculpas por tenerse que ir, sacarle muchas capturas de pantalla y guardarlas cual tesoro. Una vez le colgó se decidió llamar a Nana, para saber si tenía tiempo para salir un rato esa tarde. La rubia le contestó inmediatamente.

— Karen-chan, ¿Pasó algo? —Nana estaba algo preocupada y sobreprotectora con ella desde que Hikari viajó, le pareció muy extraño que Karen llamase tan temprano, aún eran las ocho de la mañana.

—Non non, estoy bien, es solo que me preguntaba si podríamos salir esta tarde — con un tono de emoción añadido — ¡Quiero celebrar que Hikari-chan consiguió el papel protagónico!

Nana frunció el ceño suavemente, Junna que estaba levantándose de la cama le preguntó —¿Qué pasa?

La rubia negó suavemente y le regaló una sonrisa desde donde se encontraba aún recostada—No es nada — volviendo a su teléfono le respondió a la castaña — está bien, no tengo que ir al restaurante hoy, ¿A qué hora paso por ti?

Karen miró su reloj y le dijo —¿Que tal a las cinco?

—Estaré ahí puntualmente — Una vez colgó, se dejó caer en sus sábanas con un suspiro.

Junna que la estaba mirando le soltó —Después de ver eso no me puedes decir que no pasa nada, ¿Que hizo Karen ahora?

La rubia la miró atentamente buscando una manera de no mentirle pero tampoco contarle lo que sucedía, así que se sentó en la cama rápidamente y le dió un beso sorprendiendo y ruborizando a la más baja, Junna rompió el beso y le dijo —¿Que fue eso?

Nana le sonrió en respuesta y le susurró —¿Ya te dije que amaneciste hermosa hoy?

El rubor de Junna aumentó el triple, y más roja que un tomate frunció el ceño desviando la mirada — ¿Qué estás tratando de ocultar?

Con un suspiro cedió, no sin antes darle otro beso más largo, Junna sentía que quién iba a terminar cediendo era ella, pero Nana rompió el beso y tuvo que tratar de recobrar la compostura, a su suerte la rubia habló y eso le dió tiempo de tratar de desaparecer su rubor.

—No puedo con tu IQ (coeficiente intelectual), es complicado engañarte — De alguna manera seguía haciendo un último intento por desviar el tema mientras le miraba los labios a la peli-morada.

Junna volvió a fruncir el ceño y con un tono más serio le respondió —¿Y porque tendrías que engañarme?

—No, no, no estás entendiendo lo que quise decir — Se estaba atropellando en sus propias palabras, después de caer en cuenta la tontería que había dicho.

La más baja la enfrentó algo molesta—Habla, Daiba, ¿Que pasa?

Nana cedió definitivamente y soltó con un suspiro pesado dejándose caer en la cama —Kagura-san pasó las audiciones...

Junna la miró con duda —¿Que pasa con eso? ¿Cuál es el problema?

—Eso solo puede significar que puede pasar mucho tiempo en Inglaterra y va a estar bastante ocupada, así que Karen va a estar extrañandola más tiempo — Frunció el ceño algo preocupada.

La chica tomó sus lentes de la mesita de noche y se los colocó, mirando a la rubia le contestó —Creo que entiendo, aunque posiblemente Karen no se haya enterado de eso.

Nana asintió cerrando sus ojos —No lo ha pensado mucho, aunque es muy lindo que este feliz por Hikari-chan como para querer que salgamos esta tarde a celebrar en su nombre.

Junna la miró curiosa y se acostó junto a ella en la cama una vez más —¿Le vas a decir?

—No soy capaz, pero igual me preocupa mucho —Nana pasó sus manos por su rostro en frustración por sus recuerdos de la última vez que vió a Karen triste durante meses porque Hikari se había ido.

Junna presintió lo que podía estar pasando por la cabeza de Nana y la abrazó suavemente acariciando su cabello el cual se encontraba suelto al igual que el de ella, la rubia la abrazó contra sí al envolverla con un brazo. La peli-morada susurró —Esta vez no va a ser igual, ella va a volver, están en contacto, tranquila, igual sabes que Karen nos tiene a nosotras para apoyarla pase lo que pase ¿Si?

Girándose en la cama y abrazándola contra su pecho de forma protectora le respondió apenas audible —Si.

La más bajita la abrazó aún con más fuerza tratando de reconfortarla —Nana, todo va a ser diferente y mejor ahora, tranquila.

Para una castaña que vivía en un edificio cercano el tiempo pasó muy rápido, hizo el desayuno, sacó a Anne a pasear y ella a correr, cuando volvieron vio las noticias del mediodía y después algún capítulo de animé que pasaran en la T.V a esa hora, estuvo hablando por teléfono con Mahiru, molestando por mensaje a Claudine, y comentando un animé que seguía junto a Futaba, hablando de algunas amigas que hizo en el teatro y otras de la clase B. Hizo algo de ejercicio en el departamento y justo cuando se hicieron las cinco Nana la llamó para avisarle que la estaba esperando afuera, ella salió y vió el carro aparcado en la entrada del edificio esperando, corrió en su dirección.

Nana y Junna habían sido las únicas que habían decidido comprar un auto por más costoso y complicado que fuese, Futaba les ayudo a elegir uno bueno, y les explicó como sería el proceso en su momento, Nana tenía dos trabajos y Junna había tenido un buen ascenso en el teatro así que con algo de tiempo juntaron sus ahorros y ya tenían algunos meses con ese auto, Junna no se había atrevido a conducir, así que Nana tuvo que tomar las riendas y justo era ella la que socorría siempre a las chicas si necesitaban ayuda en algún momento, y ella se las podía brindar, justo ayudó a Karen con el resto a ir a despedirse de Hikari aquel día. Y ahora estaba esperándola para ir a dar una vuelta.

Karen abrió la puerta del copiloto y Nana la saludó mientras ella se subía, acomodaba y colocaba el cinturón — ¡Karen-chan! Ahora si está lista nuestra fiesta ¿A dónde quieres ir?

La castaña le sonrió y le dijo en broma —¿H2?

La rubia sacó su teléfono entre risas y se lo mostró —Entonces voy a llamar a Suzu-chan, seguramente quiere estar ahí.

Risueña Karen le dijo —¿Qué tal por unos helados y caminar un rato al parque?

Nana negó con su cabeza por inercia, y pensó "Eso no parece para nada una fiesta, es más como si quisiera hablar", asintiendo arrancó tomando rumbo a su destino —Entonces vamos a por ese helado.

Algunos países de distancia se encontraba cierta pelinegra dando saltos de calentamiento, sus ensayos ahora iniciaban a las ocho de la mañana, pero como era el primer día estaban empezando un poco más tarde, no había hablado con Karen desde que despertó, lo último que hablaron fue antes de dormirse, y hacían más de nueve horas de eso, tratando de concretarse volvió al calentamiento, iba a darlo todo de sí en esa obra.

Karen y Nana se encontraban ahora caminando por el parque, la castaña iba un poco pensativa mientras Nana trataba de distraerla, sentía que después de analizarlo un poco había entendido lo que podía suceder ahora, frunciendo el ceño le dijo repentinamente a Karen —Todo va a estar bien, tranquila.

La castaña alzó sus cejas curiosa y asintió, para luego empezar a hablar —Creo que me he estado preocupando de más, que haya conseguido el papel puede significar que este más tiempo en Inglaterra, pero si eso hace feliz a Hikari-chan, yo estaré contenta y además, hablamos prácticamente todos los días, no creo que haya problemas, puedo esperar si sé que va a volver.

Nana le acarició el cabello colocándole una mano en la cabeza desde arriba con una sonrisa aunque, internamente estaba sumamente preocupada —Entonces estarás bien, no creo que ella sea capaz de desaparecer otra vez, se podía notar esa tarde como sufría para irse, no creo que soporte quedarse sin ti.

Karen asintió y le regaló una sonrisa, comenzando a sonar más animada dijo —¿Que tal si invitamos a Mahiru-chan y a Clau-chan y nos vamos a dar una vuelta nocturna? Es una pena que Futaba-chan esté tan lejos.

Nana asintió emocionada y sacó su teléfono para llamar al resto —¡Esto se pondrá interesante!

El tiempo pasó de forma agotadora para Hikari, el camino a casa y de casa al trabajo se volvió tan rutinario que ese tiempo pasó sin ningún contratiempo, ahora se encontraba ya en su tercer día de ensayos, salió temprano de casa, casi no vió a sus padres y al llegar a teatro tuvo que cambiarse rápido, así mismo fue el día anterior, las prácticas parecían ser verdaderamente intensas, y los descansos eran tiempo para tomar aire y respirar un poco todo lo que no se pudo durante el ensayo, le encantaba lo que hacía, pero definitivamente solo quería llegar a casa y dormir un rato, lo peor es que no había logrado hablar absolutamente nada con Karen desde el buenas noches del día anterior, de alguna manera eso la desanimaba un poco.

Y los días continuaron pasando, Karen tachó en su calendario aquel viernes, ahí iba otro día en ese mes, habían pasado dos semanas y tres días, desde que Hikari consiguió el papel protagonico, y ella ya había comenzado a desesperarse, ahora solo le enviababa buenos días, buenas noches. Y días atrás ella trató de hablar con la peli-negra y no funcionó.

Tenía el recuerdo fresco de esa mañana.

En mensajería:

Karen: Hikari-chan ¿Cómo te está yendo? ¿Quieres hablar un rato?

Hikari: Ah, Karen, está yéndome muy bien, necesito dormir.

Karen: ¿Hikari-chan? Hace días no hablamos como normalmente lo hacíamos...

Hikari: Cuídate, Karen, ten un buen día.

Justo en ese momento simultáneamente a millas distancia estaba una pelinegra practicando su canto en la sala de ensayos, de alguna manera le costaba más cantar en inglés que en japonés, su entrenador vocal le estaba explicando como mejorar su técnica, el personaje de Velma Kelly requería demasiada fuerza. Estarían presentando Chicago, el musical y realmente todos querían que quedase perfecto, por eso se encontraban practicando tanto y tan arduamente.

A Hikari le preocupaba un poco Karen y aunque tratase de no pensar en ello, era imposible, después de esa noche en la que la castaña le pidió hablar sabía que algo podía no estar saliendo bien, pero aunque le gustase arreglarlo, no le parecía posible por el momento, no podía prometerle tiempo que no poseía. Se convencía a sí misma de que estar con Karen así por ahora era un sacrificio que podía hacer para dar una grandiosa presentación y volver lo antes posible con ella.

La horas pasaron ese día sin descanso hasta que se hicieron las siete de la noche para la pelinegra, estaba tan agotada que no le importó tomar un taxi que la cruzase toda la ciudad y tuviera que darle una cantidad bastante considerable de dinero. Estaba pensando en hablar con Karen, en todo el trayecto en aquel taxi hasta llegar a casa de sus padres y de ahí a su habitación fue así, pensar en lo que de pronto extrañaba a Karen, quería hablar con ella sobre sus ensayos, pero estaba tan cansada que no creía lograr estar despierta tanto tiempo, en ese momento se encontraba mirando el teléfono y buscando la forma de hablarle asumiendo que eran las tres de la madrugada para ella. Tomó un poco de aire y le escribió.

En mensajería:

Hikari: Karen, buenas noches, espero que estés descansado.

La castaña había estado toda la madrugada rodando en su cama sintiéndose presionada por un montón de pensamientos que le decían que Hikari no volvería, que no quería saber de ella ya, ya no estaba interesada en ella, se repetía a sí misma que nada de eso era cierto, hasta que el sonido de una notificación la sacó de sus pensamientos, al tener las notificaciones personalizadas por el sonido pudo identificar que era Hikari, mirando el teléfono nerviosa decidió responder.

Karen: No he logrado dormir nada en toda la noche ¿Cómo te ha estado yendo por allá?

Hikari miró la pantalla preocupada y le escribió:

Hikari: ¿Qué pasó?

Karen: Quisiera hablar contigo sobre algo...

La pelinegra soltó un suspiro pesado y decidió ser honesta, aunque su agotamiento estaba llevándola lentamente al sueño, no creía que podría mantener una conversación con Karen por más de unos minutos o terminaría dejándola hablando sola.

Hikari: Karen, si es por que he estado algo ocupada estos días, lo lamento, pero tampoco quiero hablar de eso hoy.

La castaña frunció el ceño un poco molesta y tratando de entenderla le contestó mientras se acomodaba en su cama.

Karen: No te preocupes, ¿Y como esta yendo en Inglaterra? ¿Que tal los ensayos?

Hikari: Todo esta yendo bastante bien, hoy estuve practicando mi técnica vocal.

Karen: Vas a volver cantando aun mejor, serás imparable Hikari-chan.

Hikari sintiendo que sus ojos no soportaban más mandó.

Hikari: Voy a dormir, cuídate Karen, hasta mañana.

Karen: Descansa, hasta luego.

La castaña lanzó el teléfono en la cama aún algo frustrada y se volvió a dejar caer en sus almohadas un tanto molesta.

 

Muy buenas a todos, acabo de salir del Hiatus XD


Esta vez vengo con un Hikaren y se podría decir mi primera historia dividida en partes, espero que lo disfruten. Ya tengo lista la segunda parte, pero la subiré otro día. He estado ocupada en otro proyecto(El Teatro Starlight), sin embargo, estoy nuevamente escribiendo a más no poder asique posiblemente hayan más fics pronto.


Gracias por sus comentarios en Fortune, estoy contenta de que más personas estén leyendo estas historias.


Leyendo sus comentarios respecto a Mei Fan y Yachiyo, también de Masai y Amemiya, siento que tendré que hacer una continuación de esa historia. Asique esperenla. Aunque posiblemente antes escriba dos fics más y luego ese. Me he estado arriesgando con las chicas del Re:Live asique no se sorprendan. Y créanme que sus peticiones en los comentarios las tomo muy en consideración.


Agradecimiento especial a Zero por hacer de betareader y corregir toda esta historia. Gracias por toda tu ayuda.

Aunque aprovecho para disculparme si encontraron alguna falta ortográfica, a veces se nos pasan incluso revisando diez veces.


¡¡GRACIAS POR LEER!! Nos leemos pronto.


Pd: No se preocupen, no los haré esperar tanto por la siguiente parte.

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1 Comment


Okami
Okami
Oct 05, 2020

Yo seguiré esperando por el Junnana Y por la segunda parte xd

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