Ella no entendía cómo es que tenía el descaro de ir a pedirle una pieza, no entendía cómo tenía las agallas para dejarla y luego venir a pedirle que bailaran, lo peor es que no entendía cómo ella era tan estúpida para aceptar su petición, todo transcurría en su mente a la vez que bailaba algo tan complicado como un tango con aquella chica que dijo un día amarla, Maya sin duda era una descarada…
— Tu es magnifique, Saijou Claudine— Le dijo sonriente a la chica con la cual bailaba, había sido una idiota con ella, pero esperaba poder emendar sus errores, no quería perderla.
—Te he dicho que no me digas así— Le contestó con el ceño fruncido y siguió los movimientos que ella hacía con mucha destreza.
— Está bien, mon chéri — Le guiñó el ojo a la vez que pegaba su cuerpo muy cerca al suyo y le susurraba al oído — Tu es magnifique, Ma Claudine— Sonriendo de lado la sintió alejarse en el baile.
—Méchante …Va! — Le contestó con el ceño fruncido y le dio una vuelta para luego poner una pierna en su mano y bajarla sensualmente — No entiendo cómo es que te aguantas a ti misma — Le susurró divertida —¿Nunca te has molestado en oírte?
Le miró con el ceño ligeramente fruncido y le susurró a la vez que tomaba su pierna nuevamente en sus manos y la acariciaba con suavidad en el baile haciéndola sonrojarse —Nadie, mon chéri, nadie se cansa de mí, soy la mejor después de todo—Mientras le acariciaba la pierna y la sentía ser jalada por ella hacia abajo bruscamente, pero con elegancia.
—Oh, vamos hermosa, sé que aun mueres por mí— Le susurró con una sonrisa de lado y una mirada de orgullo —solo acéptalo y ya— La estrujó en sus brazos con un movimiento inclinado y le respiró en el cuello haciéndola estremecerse ligeramente.
—Maya... Mon amour no has cambiado nada— Le susurró con sensualidad ella al sentir su respiración sobre su cuello y le acarició la mejilla.
Sonriendo de lado y sintiéndose orgullosa de haberle ganado el juego de nuevo pero esta vez frente a mucho público, algunas de sus compañeras del equipo de producción y actuación se habían reunido alrededor de ellas para verlas bailar porque la coreografía les pareció muy interesante, Maya sacó una rosa de su bolsillo y se la colocó en los labios esperando a que ella se la quitara con un beso, Claudine en respuesta a su movimiento tomó la rosa con sus labios intentando que ningún centímetro de los suyos tocaran los de ella, se la quitó de los labios, se la llevó al cabello, le dio un beso y una fuerte cachetada después del beso, para salir de la habitación con elegancia, pero a pasos rápidos, dejándola en medio con una mano en la mejilla donde lo había golpeado y acariciándose los labios donde ella la había besado, desconcertada.
—¡¡Claudine!!— Gritó ella saliendo de su transe a la vez que emprendía carrera hacia la salida buscándola con desesperación, al verla a punto de montarse a un taxi corrió en su dirección, pero había sido muy tarde, el conductor ya había arrancado con rumbo a su destino —¡Qué maldita suerte la mía! — Gritó aún más enojada al ver el taxi desaparecer por la calle hasta que divisó una moto en la misma vía, reconociendo a quién pertenecía, sin pensarlo dos veces, la detuvo. Maya espero a que Futaba se quitara el casco para tomar la palabra.
—Isurugi-San, necesito tu ayuda —Una Maya más relajada se mostraba frente a Futaba, estaba desesperada pero no dejaría que nadie más lo supiera.
—¿Qué necesita Tendo-San? — Preguntó sin ocultar su curiosidad, era sumamente extraño que Tendo Maya pidiera ayuda a alguien más.
—Necesito llegar lo más rápido posible a los dormitorios, sin embargo, carezco de transporte y como tienes un vehículo…
—¡Oh! ¿Quieres que te lleve en la moto hasta los dormitorios? —Definitivamente se encontraba en una situación que jamás pensó que fuera a suceder, pero eso tampoco significaba que fuera a negarle la ayuda.
—Sí, eso es técnicamente lo que decía— Maya internamente se encontraba nerviosa, ya llevaba minutos perdidos ahí.
Futaba buscó algo en los lados de la moto y se lo lanzó rápidamente a Maya que se encontraba atenta a sus movimientos —Póntelo rápido, nos vamos, me están esperando— Maya se colocó el casco y se montó en la moto.
Una vez llegó a los dormitorios bajó del taxi lo más rápido posible, sin perder ni un segundo. Fue a paso veloz a la habitación de Futaba y empezó a tocar la puerta desesperada esperando a que abrieran a la vez que miraba a todos lados, deseando que Maya no la hubiera seguido para arreglar las cosas, aunque en su interior si quería que la buscara, si no, no habría ido a esa habitación, ¿no? Porque era obvio que ella la seguiría hasta ahí ¿o no?, todo pasaba en su mente aun esperando a que abrieran, repentinamente. Y como por arte de magia abrieron la puerta, sin fijarse si quiera en quién abrió, Claudine entro despavorida y fue directo a una de las camas, se sentó en silencio por unos minutos hasta que escuchó otra voz, pero no se trataba de quién ella esperaba que fuera.
—Ara Ara, ¿Qué te trae por aquí Kuro-Han? — Le preguntó entre curiosa y divertida a la vez que la miraba son una sonrisa.
—¡¿Kaoruko?! ¿Qué haces aquí? ¿Y Futaba? — Le respondió con una pregunta a la vez que miraba con sorpresa.
—Esta es mi habitación compartida con Futaba-han ¿Lo olvidaste? — Le dijo divertida a la vez que se sentaba en la cama junto a Claudine —Ahora, ¿Qué es eso que te tiene así de desesperada? —Le preguntó con una ceja alzada de curiosidad a su amiga quién parecía más relajada al estar dentro de la habitación.
—Maya ... Estaba… Yo estaba en el salón de baile y bueno me invitó a bailar y.…Un segundo, ¿Vas a alguna parte? — Interrumpió su relato al notar lo arreglada que estaba su amiga, llevaba un vestido negro y estaba ligeramente maquillada.
—Si voy a salir, ahora… ¿Continuarás o no? — Le respondió con reproche.
—¿Y puedo saber con quién saldrás y a dónde? — Le interrogó curiosa y con el ceño ligeramente fruncido —No es que me interese, pero recuerda que tenemos que estar a las 6 en los dormitorios y si no has pedido permiso nos meterás en un lío a todas…
— Oye, ¡Eso no es de incumbencia! — Estaba ligeramente molesta — ¿Me vas a decir qué pasó o vas a seguir con tu discurso?, porque te recuerdo que estas interrumpiendo mi espacio, por lo cual, fácilmente podría sacarte de aquí y esperar a que Maya te encuentre. — Le dijo ahora con un tono de diversión en su voz que claramente demostraba que se estaba burlando de ella.
—¡No!¡No! —Imploró para comenzar a narrar—Está bien, verás… Maya...— Interrumpió su narración nuevamente al escuchar la puerta ser golpeada y veía a su compañera ir a atender.
—Ara Ara, eres tú, parece que hoy es mi día de visitas, te estábamos esperando, no ha parado de hablar de ti desde que llegó— Dijo Kaoruko a Maya en el momento en que abrió la puerta y se encontraron una frente a la otra.
—No me extraña realmente viniendo de mon chéri...—Le contestó con orgullo al ver la sonrisa de Kaoruko, demostraba que se estaba divirtiendo — Disculpa, pero no puedo evitar notar que parece que vas a salir, ¿y es acaso con Isurugi-San?
—Más bien iba a salir, ahora estoy decepcionada porque con lo tarde que se nos ha hecho y que ella aún no aparezca, ya no creo que realmente lleguemos a tiempo— Le respondió con una ligera sonrisa, realmente denotaba que se sentía un poco decaída.
—Isuguri-San está abajo, supongo que, esperando por ti, tal vez si te vas ya, puedan ganar tiempo — Se hizo unos centímetros a un lado de la puerta ofreciéndole la salida a Kaoruko.
—¡Gracias Tendo-Han! En ese caso, voy saliendo ahora mismo— Cruzó el umbral de la puerta caminando a pasos rápidos.
—¡Hanayagi-San! —La detuvo Maya.
—¿Si? — Respondió la aludida.
—Toma— Le lanzó Maya el casco, que Kaoruko no dudó en apañar.
—Gracias Tendo-Han, procuren no hacer mucho ruido e intenten no matarse entre sí —Con una risa Kaoruko se despidió de Maya.
—Adiós—Con un susurró que era más bien para sí misma y un rubor en sus mejillas Maya vio a Kaoruko desaparecer por el pasillo para luego dirigir su mirada a la puerta tras la que se encontraba seguramente una Claudine que no quería saber más sobre ella, se encontró a si misma preguntándose si entrar o no a la habitación, tenía demasiadas dudas y todas las respuestas se encontraban al otro lado de esa puerta, tal vez, sentada en una de las camas, pensando que se había logrado deshacer de ella. "¿Debería entrar? ¿Y si no quiere verme? Ya estoy aquí, pero eso no indica que ella quiera lo mismo que yo ¿Y si ya no siente lo mismo que yo? ¿Y si después de lo que pasó realmente le hice demasiado daño? Pero si me quedo aquí ella nunca entenderá bien cómo sucedieron las cosas, ¿Tengo más posibilidades de perderla que de recuperarla?" Con un suspiro, armándose de valor, decidió cruzar la puerta cerrándola tras de sí, aún necesitaba fuerza de voluntad para cruzar aquella cortina que la separaba de Claudine, pero ya no podía arrepentirse.
—¿Kaoruko? ¿Quién era? — Preguntó Claudine creyendo que su amiga seguía en la habitación —Si es Maya dile que no estoy, ¡No! ¿Sabes?, ¡Dile que es una descarada! — Gritó con el ceño fruncido con dirección a la puerta.
— Creo que Hanayagi-San no está y que tal vez si soy una descarada — Dijo a la vez que entraba a la misma habitación donde estaba ella sentada muy cómodamente, haciéndola abrir los ojos nerviosa al oír su voz y fruncir el ceño.
— ¿¡¿TENDO MAYA?!?— Gritó enojado a la vez que se levantaba y le tiraba una almohada.
—Quiero que me escuches, solo eso— Maya se veía tan serena como siempre. Lo cierto es que estaba hecha un manojo de nervios, pero no iba a demostrarlo ante nadie, ni si quiera ante Claudine.
—¿Qué me vas a decir? ¿Alguna mentira? ¡¿Me piensas endulzar y crees que eso resolverá todo?!— Le cuestionaba entre gritos enojada a la vez que le quitaba la mirada y se recostaba nuevamente en la cama, mirando el techo.
—No, solo dejame hablar, solo escuchame, un minuto de silencio es lo único que te estoy pidiendo— Le rogó a la vez que se sentaba frente a ella, en la cama de Futaba y la veía, aún podía distinguir aún el enojo en sus fracciones —Verás, fui una tonta te hice daño de forma inconsciente, nunca he sido una persona muy sociable y el hecho de que ahora tuviera a alguien conmigo, alguien que es mi dúo perfecto, fue demasiado para mí, habían momentos en que no sabía qué hacer, es realmente solitario el camino de ser la numero uno siempre, nunca he querido hacerte daño pero supongo que hice bastante al evitarte primero, al ocultarte cosas y terminar contigo sin darte al menos una explicación, tengo que disculparme contigo por todo eso, nunca quise lastimarte cuando has sido una persona tan amable y linda conmigo, no te merecías nada de lo que te hice.
—¿Solo viniste aquí a decirme eso? ¿Solo por eso decidiste bailar conmigo? — Con un suspiro le preguntó evitando mostrar su desilusión —Si sabes que eso me hacía más daño, ¿No? Me refiero al hecho de buscarme, pedirme bailar contigo y luego intentar besarme, ¿A que estabas jugando? — Le recrimino ligeramente molesta.
—Tienes razón, no he sido del todo clara contigo, Claudine, yo aún estoy enamorada de ti, si te evite es porque no sabía cómo actuar para ser la persona que tu mereces, no fue porque no quisiera estar contigo, yo también puedo tener dudas, te oculté mis temores y ahora sé que te fallé, porque debí haber confiado en ti como para decirte lo que sentía en esos momentos, pero tampoco sabía a quién acudir para preguntarle qué hacer, nunca me había visto en una situación así, esa semana que no supiste nada de mí, estuve quemando toda esa energía que guardaban mis temores en practicar, de forma inconsciente estaba huyendo de ti, terminé contigo porque mis dudas eran más grandes que yo, no fue hasta que indirectamente le pregunté a Daiba-San sobre ello, que no entendí que no hay que ser perfecto, hay que ser uno mismo, porque si otra persona se enamora de ti, es porque le gusta quién eres — Susurró con la mirada baja y el ceño fruncido ligeramente.
—Yo también te estuve evitando de alguna forma, pero con lo que me has dicho seguramente no te hayas dado cuenta, las últimas semanas, me había decidido a hacer que me extrañaras, pensaba que eso tal vez te haría buscarme, sin embargo, un día solo viniste y me dijiste que se había acabado, en un principio pensé que era mi culpa, pero tú no quisiste decirme nada, te buscaba y era como si el reloj nunca marcara la misma hora para nosotras, como si hubieras cambiado tu rutina y supe que no se trataba de mí, que eras tú quién había decidido alejarse— Ahora se encontraba sentada frente a ella mirándola avergonzada, estaba feliz después de escuchar de los labios de Maya que sentían lo mismo, sin embargo se sentía en la necesidad de contarle la verdad.
—Entiendo completamente, tal vez si no hubiera estado tan encerrada en mi me habría dado cuenta de lo que sucedía— Se arrepintió Maya cabizbaja.
Claudine aprovecho que Maya no la estaba viendo para sentarse junto a ella en la misma cama y colocarle una mano en el hombro para llamar su atención —Oye, eso ya no importa, después de todo, ahora estamos aquí hablando sobre ello, porque hemos recapacitado de nuestros errores y aprendido, ¿No? — Le dijo con una sonrisa y un pequeño sonrojo.
—Ma Claudien— Susurró Maya levantando la mirada, mirándola directamente, provocando que el rubor en las mejillas de Claudine aumentara y sorprendiéndola al mismo tiempo —Te he extrañado tanto— Armándose de valor, Maya colocó su mano sobre sus mejillas, atrayendo su rostro más cerca — Extrañaba sentir esto— Susurró sobre sus labios dejándola extasiada por el roce de su aliento, para sellar el momento con un beso, que fue correspondido por Claudine con el mismo deseo, era como si estuvieran intentando recuperar todo el tiempo perdido en un beso, estaba lleno de dulzura y amor, hasta que no pudieron más y lo tuvieron que romper, creando un hilo de saliva entre las dos, antes de que Maya pudiera volver a reclamar sus labios.
Claudine la detuvo y colocándole un dedo sobre sus labios, susurró —Necesito que lo digas.
Maya sintió su rostro enrojecer y sin pensarlo dos veces se acercó a su oído para susurrarle —Je t'aime ma Claudine — Sintió el cuerpo de su amante erizarse en el momento en que la escuchó y con una ligera sonrisa se retiró lentamente para colocar su frente sobre la de Claudine.
— Je t'aime ma Maya— Respondió Claudine mirándola directamente a los ojos, lo que hizo a Maya sentir seguridad de sus palabras, para luego volver a besarla sin piedad, cada beso estaba lleno de amor como de deseos, de anhelo, todo lo que se extrañaban, todo lo que se amaban, no podían ser igual de talentosas, igual que siempre, si no se tenían mutuamente. Maya mentalmente agradeció a Daiba-San por aconsejarla en el Café de Nana y Junna, a Isuguri-San por llevarla hasta ahí además de por tener una cama tan cómoda y a Hanayagi-San por ayudarla con Claudine, además de advertirle de las filtraciones de ruido de la habitación. Después de uno de sus incontables besos Claudine abrazo a Maya provocando que acabaran recostadas en la cama en una guerra de besos, sentían que la temperatura aumentaba con cada uno, pero no podían detenerse, era imposible para ellas separarse. En un último acto de cordura Claudine le susurró a Maya —Pueden volver en cualquier momento.
A lo que Maya contestó —No lo van a hacer, tienen las llaves de mi habitación, después del teatro iban a ir directamente allá —Maya recordó haber puesto las llaves dentro del casco antes de dárselo a Kaoruko, estaba segura de que entendería. Una sonrisa por parte de Maya fue suficiente para hacer entender a Claudine que tal vez ella esperaba que las cosas terminaran de ese modo y realmente no le molestaba.
FIN.
¡Hola !, estoy de vuelta esta semana. Mi editor en jefe Choco-Sensei y yo llevábamos dos días escribiendo esto (sin descanso), sigo viva gracias al café y la verdad el plan era publicarlo el viernes, sin embargo la semana nos consumió y al final tuvimos que aplazarlo porque queremos traerles la mejor calidad posible, Han mi maravillosa y benevolente Beta Reader nos dio la mano aún cuando los fines de semana no son lo suyo, no sé qué sería de mi pecado mi majestuoso equipo de trabajo, gracias a ustedes también por su apoyo en el capítulo anterior , mil gracias a ustedes por valorar nuestro trabajo voluntario para hacer crecer los fanfics en esta comunidad ... Y espero que les haya gustado el KuroMaya que escribimos está vez. Es de los envíos más valorados que hay en la comunidad así que esperamos haberlo hecho de su agrado. ¡Gracias por leernos! Esperamos que nos puedan leer la próxima semana sin tantos retrasos. No olviden darnos su opinión que para nosotros es extremadamente importante.
Debo resaltar que sin la ayuda de Han y Choco-Sensei nada de esto sería posible. Gracias les doy una y mil veces por ayudarme en esta loca idea ya todos quiénes nos leen y nos regalan su amor, por inspirarnos a seguir haciendo esto.
Pd: El título de este capítulo está inspirado en el nombre de una canción de Dua Lipa, la verdad es que no tienen uno nada que ver con el otro, además de compartir compatibilidad con su significado.
Opmerkingen