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Prólogo-Genesis

Claudine y Maya llevaban ya alrededor de tres años de relación, al salir de Seisho comenzaron a actuar en diferentes obras. Claudine consiguió trabajo como modelo por un tiempo mientras Maya hacia distintos papeles en teatros para comenzar.

La familia de Claudine no apoyaba su relación con Maya, los Tendo no le encontraba problema, la rubia les agradaba mucho y les parecía maravilloso que Maya fuera capaz de encontrarse una francesa y además actriz, para seguir la tradición de su familia llena de actores y actrices. Habían fines de semana en los cuales ellas iban juntas a casa de los Tendo y otros donde se reunían con sus amigas de Seisho.

Hikari y Karen según tenían entendido viajaban a fin de año siempre Inglaterra a visitar a los padres de Hikari, Karen consiguió un papel en una obra de reconocimiento en Tokio.

Nana escribía unos guiones para un teatro local, Daiba además era chef por tiempo parcial, y Junna había sido contratada por el dueño del teatro para ser directora provisional porque el director de turno había renunciado repentinamente y ella con sus conocimientos impresionó al director, sus amigas le dijeron que era su oportunidad de oro, esas dos tenían un departamento juntas, vivían cerca de ellas.

Futaba y Kaoruko habían ido de vuelta a Kyoto, pero volvían cada fin de mes a Tokio, Futaba insistía en hacer audiciones en Tokio, aunque Kaoruko ya había encontrado varios papeles en obras clásicas en Kyoto, por lo cual era fácil encontrárselas en la ciudad en esos días.

Mahiru por su parte se había mudado con una chica de Seiran que conocieron en su momento, Minase Suzu, según recordaban, Mahiru había conseguido trabajo en una emisora de radio comentando partidos de Béisbol.

Cada mes se veían, era casi como una tradición entre ellas.

Maya solo se había encontrado con la familia de Claudine una vez en todo lo que duró su relación, Claudette, como se llamaba la madre de Claudine, vivía en Francia junto con el padre de la misma, cada año, la rubia iba a visitarlos, por lo cual la castaña si estaba libre iba con ella, de lo contrario quedaba sola en el departamento que compartían en Tokio, aunque en los casos en los que fue con ella a Francia, le tocaba dormir en un departamento en París, Claudine los visitaba por horas y Claudette no mostraba empatía por Maya, los Saijo parecían tener una relación familiar muy fuera de lo común, a veces para que Claudine pudiera encontrarse con su madre tenía que hablar antes con su padre y viceversa, no podía llegar jamás de improvisto a casa, le parecía muy extraño que el señor Saijo siempre fuera acompañado a donde fuera, pero Maya se convenció a si misma de que era por seguridad. Claudine jamás les habló demasiado sobre ellos, para ella era un tema cerrado y Maya tampoco deseaba presionarla, omitiendo eso, su vida juntas habían sido sus mejores años, según Maya. Claudine la esperaba algunas noches con la cena preparada por ella gracias a algunas recetas de Daiba-san, otras veces se encontraban en algún restaurante para cenar, y los días que la rubia estaba libre, Maya la llevaba con ella a sus prácticas o hasta ensayaba con ella en casa, se divertían mucho en ello. Sus días juntas eran hermosos, en su segundo año viviendo juntas compraron un gatito y lo llamaron Shiro. A Maya le parecía que ellas ya eran una familia, y estaba feliz con su vida, incluso recientemente había conseguido hacer audiciones para una obra de renombre en uno de los teatros de Tokio, sería la protagonista, hasta ese momento su vida iba en ascenso, nada podría salir mal.

 

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