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⋆★⋆25 de mayo de 2018 ⋆★⋆
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Justo frente a ella estaba postrado aquel animal que le había dado la oportunidad una y otra vez de vivir su escenario soñado, nunca le habló de consecuencias y mucho menos de efectos secundarios, sin embargo, estaba segura de haber sufrido cada una de esas cosas, la dichosa Glitterin Star no era buena al cumplir sus deseos.
Cada vez que regresaba, las cosas eran diferentes, era el mismo Starlight, la misma obra, las mismas chicas, pero antes de eso, no eran los mismos sucesos, cada pequeño paso parecía cambiar el destino, nada era como ella recordaba, pero siempre era igual de brillante, no podía perder, por más que eso le hiciera daño, por más triste que fuera cada vez, ella seguía regresando.
Entonces la Jirafa habló interrumpiendo sus pensamientos —La que ha pasado esta audición eres tu Daiba Nana-San. Y ahora que eres la estrella superior, ¿Cuál es el “escenario del destino” que has buscado?
Su mirada fría y vacía era una fiel demostración de sus sentimientos —Una repetición del “Starlight” 99° Festival Seisho. Un brillo como una joya en llamas, días dichosos que brillaban como un arcoíris… Quiero eso otra vez. Incluso ahora, es un escenario deslumbrante.
—Muy Bien— Lanzándole entonces la Glitterin Star a sus pies, sin expresión alguna en su tono de voz, le había cumplido su deseo. No hablaron de nada más, y así había sido cada vez.
Daiba Nana hacia años atrás había mostrado una creciente pasión por el teatro, en el colegio en el que estaba el club de teatro no era muy amplio, había sido además una chica bastante solitaria, siempre estaba para todos, pero muy pocas veces los demás para ella. Acostumbrada a su soledad decidió aplicar a la reconocida academia Seisho para estudiar actuación y adueñarse de los escenarios y las miradas de todos. Su primer año ahí fue totalmente deslumbrante para ella, parecía que no estaría más sola, hizo amigas, sus compañeras de clases eran todo un grupo peculiar pero divertido.
La que más le había hecho sentir acompañada era Hoshimi Junna, su compañera de habitación y presidenta de la clase, se conocieron en Seisho, ambas se postularon para ser presidenta de la clase, pero Nana vio en Junna lo que ella consideraba necesario para ocupar ese cargo incluso mejor que ella, declinando a su posible victoria, meses después Junna le hizo saber que ella no estaría más sola, porque estaban ahora juntas, la soledad de Daiba Nana había terminado, fue su mejor año, ella no podía dejarlo ir, no quería dejarlo ir, sus otras amigas, Karen, Claudine, Maya, Futaba, Kaoruko, Mahiru, eran también muy valiosas para ella, pero había temido que esos días de felicidad se terminaran… Temía que el futuro fuera el fin de su amistad con ellas. No quería sufrir ni que ellas sufrieran, ella quería protegerlas de todo. Por eso, en el momento que en la pantalla de su teléfono apareció una misteriosa invitación a unas audiciones donde se les prometía la estrella que siempre habían anhelado, se decidió a ir.
Un teatro subterráneo, trajes, armas materializadas por el brillo que tenía cada chica de escenario, todo era como una obra de teatro, solo la que ganara todas las audiciones o batallas, sería la acreedora a su deseo, la Top Star.
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⋆★⋆ 17 de abril de 2017⋆★⋆
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Ahora se encontraba en clases teóricas y Junna sentada junto a ella, el aula estaba repleto de luz y había un bullicio, entonces su profesora habló de Starlight como la obra que harían ese año y ella inconsciente no comprendía el alboroto, dudativa se volteó a mirar a su compañera y le dijo —Pero, ¿Por qué ahora es Starlight? ¿Qué le pasa a todas Junna-chan?
Su compañera se exaltó y la miro totalmente sorprendida —¿¡Que!?
—¿Junna-Chan? —Estaba más confundida que nunca.
—E-Es que, de repente, me llamaste por mi nombre. Daiba-san— Entonces lo entendió todo, su deseo había sido cumplido, volvieron en el tiempo. A su Starlight soñado. Rumbo a su brillante escenario.
Primeros años dirigiendo el 99° Festival Seisho.
Así es como comenzó el ciclo, una repetición del 99° Festival Seisho… Amigos preciosos, un escenario precioso, días preciosos, todo se repitió. Cuando está en esas actuaciones repetidas, nada le asustaba. No había crecimiento, ni se convertían en adultos. El sufrimiento que se impone, el dolor de probar cosas nuevas, la tristeza de rendirse porque duele demasiado. Quería protegerlas a todas de eso.
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⋆★⋆25 de mayo de 2018⋆★⋆
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El ciclo había terminado y se encontraba nuevamente en el mismo escenario subterráneo, la misma batalla, contra la misma persona, que hacía tiempo atrás.
Había sido igual de brillante y otra vez se encontraba frente a la jirafa que le concedería su deseo.
—La que ha pasado esta audición eres tu Daiba Nana-San. Y ahora que eres la estrella superior, ¿Cuál es el “escenario del destino” que has buscado?
En su rostro se podía ver la tristeza que ocultaba su alma —Aún es muy deslumbrante.
—Muy bien.
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★ Septiembre de 2017★
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Hace unos meses había regresado y todo parecía ir marchando bien, pero entonces sucedió, de pronto, algo que nunca había pasado antes, no lo había previsto.
Todo sucedió una mañana de un sábado, Nana regresaba de haber ido a una cafetería y pasado a hacer un par de compras, no le había avisado a Junna de que saldría, y al llegar, verla sentada pensativa en su cama esta le preguntó que sucedía…
—Junna-chan ¿Pasa algo? —Su habitual sonrisa y tono de voz alegre permanecía con ella en ese momento.
—Nana, tengo que hacerte una pregunta —La habitación se encontraba en silencio y había una tensión creciente entre ambas, Junna se encontraba cabizbaja y Nana se sentía incluso más nerviosa mientras escuchaba solamente el sonido de la lluvia fuera de la habitación.
—¿Qué es, Junna-chan? —Su voz salió tan rota como nerviosa, no entendía nada y eso la asustaba.
—Nana, ¿Qué es eso? —Hizo un moviendo con una de sus manos señalando el escritorio de la rubia quien se acercó a ello y encontró un álbum de fotografías lleno de fotos de Junna, junto a lo que parecía ser su diario, en el que secretamente plasmo sus sentimientos por la chica de lentes que estaba reclamándole en ese momento, entonces lo entendió, Junna leyó eso.
Con voz temblorosa y bajando su mirada con seriedad mientras sostenía el álbum en sus manos le dijo—¿Por qué y cómo diste con esto?
— Nana, no intentes cambiar el rumbo de esta conversación, ¿Por qué tienes tantas fotos mías y como es que estás enamorada de mí? —Junna sonaba realmente incomoda, su mirada apuntaba a sus manos, ambas respiraban lo más lento posible, parecía como si estuvieran evitando hacer algún ruido demasiado fuerte, y volverlo todo peor. Nana sentía la tristeza que emanaba de ella, sentía su decepción, no creía que reaccionara así. Junna se sentía desde traicionada hasta triste, no le molestaba el hecho de que Nana estuviera sintiendo esas cosas por ella, lo que la molestaba de sobremanera era que estuviera ocultándoselo por tanto tiempo y tomándole fotos sin su autorización, ¿No le tenía acaso la confianza suficiente para decirle algo así? ¿Desde hace cuánto tiempo le estuvo ocultando eso? ¿Qué más no le decía? Estaba sintiéndose confundida, porque se sentía muy bien con la forma en la que Nana la trataba todo el tiempo y tenía sentido que fuera solamente así con ella una vez descubrió sus sentimientos, pero no estaba segura de sentir lo mismo, y su familia, si sus padres no se sentían orgulloso porque ella estudiaba actuación ¿Qué sentirían si se enteraran de algo así? No, no podía corresponderle, no quería, lo mejor era escapar, distanciarse, le dolería ver a la rubia triste todo el tiempo, pero no podía hacer algo así. Ella tenía que huir, había ido a Seisho a hacerse una actriz, no para vivir este tipo de situaciones.
Fue entonces cuando Nana la volteó a mirar y se dio cuenta de la maleta que yacía junto a la puerta.
—Junna…—Se escuchaba el nudo en su garganta y se podían ver sus ojos cristalizados, estaba enojada porque eso no había sucedido antes, Junna siempre había correspondido a sus sentimientos, Junna no podía estar volviendo a dejarla sola, ella no podía hacer algo así, no justo cuando ella ya no se sentía sola, no debía intentar detenerla, pero no quería dejarla ir, ella era su Junna-chan, ¿Por qué en esta ocasión no la amaba? ¿Acaso en las otras dos situaciones que estuvo con ella era toda una mentira? No, Junna-chan no podía hacer eso, no ahora. ¿Pero cómo la detenía? ¿Qué le decía? No podía decirle que antes estuvieron juntas porque Junna no lo creería, tampoco pensaba revelar sus repeticiones, se sentía impotente, no tenía forma de pedirle que se quedara, no había manera, solo podía dejarla ir, solo así podría mantener el futuro o lo que quedaba de él intacto.
La aludida negó con su cabeza antes de al fin mirarla y decirle —Lo siento, Nana, pero yo no siento lo mismo que tú, tenerme aquí terminaría haciéndote daño, me iré a la habitación de Saijo-san unos días mientras hago el cambio de dormitorio a alguno otro —Se acercó a ella y tomo su rostro entre tus manos, para mirarla a los ojos y decirle con una sonrisa —Espero que estés bien con esto —Se alzó de puntillas para besar su mejilla antes de soltarla, darse vuelta y salir de la habitación con su maleta.
Nana entonces se acostó en su cama sin poder evitar llorar, eso no había sucedido antes, en ninguna de sus repeticiones. No era igual a antes. Aun podía intentar que las cosas fueran distintas en la siguiente repetición ¿Pero y si no ganaba la siguiente oportunidad? ¿Y si no había siguiente oportunidad? ¿Y si la jirafa no volvía a hacer Revues o no la llamaba más por haber pedido el mismo escenario varias veces? ¿Y si había perdido para siempre a Junna-chan? Su llanto aumentaba mientras sintiendo impotencia se aferraba a una almohada en forma de banana que tenía junto a ella en la cama y el sonido de sus sollozos se mezclaba con el de la lluvia aun impactando el techo de la habitación.
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★Noviembre de 2017★
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Meses pasaron y Junna se había distanciado de ella, pero a sus ojos también parecía verse triste por eso, le dolía verla así. No entendía aún que había pasado, eso nunca sucedió antes, la jirafa no le dijo que algo así podía suceder. Quería regresar otra vez y evitar que eso pasara, después de ese sábado se torturo buscando en sus recuerdos e intentando descubrir como pasó, hasta que escuchó a Karen decirle a Mahiru “secretamente” que Junna se había mudado de habitación porque Nana en un descuido dejo en el escritorio su álbum de fotografías abierto junto con su diario y Junna lo encontró mientras buscaba un libro. Lo recordó, posiblemente si sucedió eso.
Estaba en clases de danza y mientras bailaba con Mahiru sus pensamientos vagaban fuera de ese momento, su mirada se dirigió a una Junna que estaba sentada contra la pared de la sala, sus miradas se cruzaron y Nana entonces vio la tristeza creciente en sus ojos. Solo pudo molestarse consigo misma al aceptar que eso no habría sucedido si no hubiese cometido ese error, ella había vuelto para disfrutar nuevamente ese año, y cuando lo tuvo entre tus manos, cuando estaba disfrutando ese brillo, todo se fue abajo, eso no era lo que ella había deseado. Quería repararlo, encontrar la forma de hacer que Junna regresara con ella. Una vez terminada esa práctica la profesora dio libertad de elegir distintas parejas para que se acoplaran a bailar con cualquier persona, por lo cual, Mahiru se fue con Karen y ella armándose de valor se acercó a Junna, le tendió la mano con una sonrisa y le propuso bailar, Junna vio la mano que tenía enfrente y sabiendo de quien se trataba se levantó del suelo sin mirarla directamente, hasta que Futaba le dijo que bailaran, Nana se sentó en el mismo lugar donde había estado Junna hasta hace unos segundos y soltó entonces un suspiro mientras las veía bailar, perdiéndose en sus pensamientos, ella creía que eso ya había acabado, estaba impaciente por las audiciones, por saber si habrían más, necesitaba recuperar a Junna, nunca había pasado por esa situación, sentía tristeza por haber intentado retenerlo todo una y otra vez, pero sabía que si le daban la opción nuevamente lo haría, Junna ya no comía con ella en los recesos, no se cruzaban a la hora del desayuno, ya no caminaban juntas de regreso, tampoco de ida, cuando se cruzaban usualmente se ignoraban, Nana le regalaba sonrisas y Junna parecía solo ignorarla, no entendía bien, que había sucedido, porque si Junna la amaba igual en las dos veces atrás, ¿Porque ahora no? La miraba y solo recordaba su voz diciéndole que no sentía lo mismo, llevó entonces una de sus manos a la misma mejilla donde meses atrás Junna la beso y sonrió con melancolía, alzó su mirada y la vio bailar mientras bajaba su mano de su mejilla. Tenía que ir a esas audiciones de nuevo, costara lo que costara, debía volver, eso no podía quedarse así. Saco el teléfono de su uniforme de gimnasia y comenzó a mirar las fotos que tenía guardadas de Junna recordando cada momento con un deje de tristeza. Estaba sola de nuevo.
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★Marzo de 2018★
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Fue igual de especial, su Starlight fue igual de brillante que siempre, eso no cambió en lo absoluto, ese día incluso Junna la trato como todas las veces antes, no tenía idea porque, si después de meses ellas no habían hablado, solo cruzaban miradas, y pensaba que entonces la jirafa había cumplido su palabra, ese día había sido completamente como todas las veces anteriores.
Disfruto igual ese día y Karen la llamo Banana. Fue deslumbrante.
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⋆★⋆25 de mayo de 2018⋆★⋆
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Cortó totalmente la relación con Junna en esos meses, después de la obra no le había vuelto a hablar, Junna en lo más posible la evitaba, cuando cruzaban palabras la escuchaba muy triste, su voz, solo escuchar la tristeza en su voz la entristecía a ella, la estremecía, esa no era su Junna-chan estaba esperando esa noche con ansias, necesitaba regresar y repararlo todo, quería volver una vez.
La jirafa la sacó de sus pensamientos al hacerle la misma pregunta que anteriormente—La que ha pasado esta audición eres tu Daiba Nana-San. Y ahora que eres la estrella superior, ¿Cuál es el “escenario del destino” que has buscado?
En su rostro se podía ver la tristeza y la desesperación —Sigue siendo igual de deslumbrante
—Muy bien.
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★Julio de 2017★
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Las cosas nuevamente iban bien, todo andaba como la primera vez, pero entonces, escuchó un alboroto en los dormitorios y a una Kaoruko llorando a cantaros.
Se acercó a Junna y con un rostro entristecido y preocupada le preguntó—¿Qué pasó Junna-chan?
Cabizbaja le respondió —Llamaron a Kaoruko desde la dirección, parece que Futaba ha sufrido un accidente en la motocicleta, según me dijo Saijo-san, tiene un par de rasguños y las piernas fracturadas, está en el hospital y Kaoruko quiere ir, pero no sabe cómo llegar.
Nana camino hasta Kaoruko y colocó su mano en su hombro para llamar su atención y le dijo—Yo voy contigo, vamos a ver a Futaba. Ella te necesita.
Junna la miro asombrada y dio un paso al frente —Yo también iré entonces, la presidenta de la clase debe ir a apoyar a sus compañeras.
Kaoruko y Futaba habían sido amigas desde la infancia, ella siempre había cuidado a Kaoruko y fueron juntas a la academia Seisho porque la última mencionada convenció a Futaba de hacerlo, incluso ella aprendió a manejar solo para llevarla consigo más rápido a la academia, eran inseparables, Kaoruko era una chica peli azul un tanto más alta que Futaba, que era una chica pelirroja de cabello corto. En la academia sus sentimientos fueron floreciendo y habían terminado teniendo una relación, aunque sin esta igual Kaoruko estaría sumamente asustada, preocupada y nerviosa por Futaba, eran inseparables, se conocían y querían demasiado, para la peli azul vivir sin ella sería un martirio.
Por lo cual cuando Nana y Junna se ofrecieron a ir con ella, no dudó ni un segundo para aceptarlo, Nana llamó un taxi y se fueron juntas al hospital que le mencionaron a Kaoruko en la llamada. Cuando llegaron al lugar pasaron por la recepción y les avisaran que la profesora encargada estaba en la sala de espera, ellas se le unieron, Nana se sentó con Junna y Koaruko a esperar noticias de su amiga, la rubia se perdió en sus pensamientos un rato analizando que eso tampoco estaba en su primera repetición, le dolía pensar que su amiga estuviera pasando por algo así. No lo merecía y tampoco Kaoruko, pero si las cosas estaban cambiando otra vez, significaba que podría volver a tener ese problema con Junna, o incluso podría pasar algo peor. Estaba preocupada por Futaba, la consideraba una hermana menor, no quería pensar que podría ser algo grave, ¿Era eso culpa de su repetición? Pero si esta vez ella no había cometido un error, eso no era algo que ella hubiese provocado directamente.
Inconsciente llevó sus manos a su cabeza intentando detener sus pensamientos, sus repeticiones no eran malas, seguramente ella hizo algo mal, tal vez no recordaba que en la primera ocasión la retuvo en una conversación para que no saliera. No, eso era improbable, ella no podría olvidar un detalle como ese, sus repeticiones eran necesarias, así las cuidaba, así evitaba que sufrieran cosas malas, ¿Pero porque Futaba estaba en la cama de un hospital si eso era así?, El festival Seisho era siempre tan brillante, estaba segura de que todas disfrutaban de ello tanto como ella, quería cuidarlas a todas, privándoles de crecer y sufrir las decepciones, la tristeza y la separación, pero eso no estaba funcionando si las cosas estaban yendo así de mal, aunque ella no podía estar segura de ello, no sabía cómo podría ser la siguiente repetición, si las cosas cambiaban, tal vez en un futuro cambiaran para mejor.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una voz conocida para ella le decía —Nana ¿Estas bien? —Había un deje de preocupación en ese tono.
Con un asentimiento y una sonrisa la rubia abrazo a Junna contra sí —Solo un poco preocupada por Futaba-chan, solo eso, Junna-chan.
Junna le colocó la mano en la cabeza y le dijo con una pequeña sonrisa, ocultando su sonrojo —Va a estar bien, Futaba es fuerte, aunque la que me preocupa más es Kaoruko, sin ella, ¿A quién le corresponde consolarla?
Nana estiró su otro brazo para abrazar también a Kaoruko quien aún estaba llorando. Haciendo un abrazo grupal les dijo—Futaba-chan estará bien.
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★Agosto de 2017★
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Futaba llevaba ya un mes desde que regresó del hospital, hasta el momento no le contó a nadie como fue el accidente, le avergonzaba y dolía hablar de ello, sufrió una lesión en las piernas por las cuales debía ir a terapia cada semana, le dijeron que regresara un tiempo a casa, pero ella se negó rotundamente y decidió quedarse en la academia para ir a las clases teóricas con ayuda de Kaoruko y el resto de las chicas, Nana le ayudaba siempre llevándole el desayuno y cena, además comía con ella en los recesos intentando subirle el ánimo, Maya le prometió ayudarla con las clases prácticas que se perdió una vez se recuperara. Claudine le llevaba los apuntes los días en que le dolían demasiado las piernas como para salir de los dormitorios, Junna le ayudaba en lo que no entendiera, Mahiru se encargaba de ayudar y vigilar a Kaoruko como le pidió Futaba, y Karen era buena para conversar con ella. Nana acompañó a Kaoruko y Futaba los primeros días de terapia, luego Kaoruko se encargaba de llevarla, haciéndose cargo de ella el mayor tiempo posible, la pelirroja usaba unas muletas algunos días y otros días simplemente sentía que podía caminar bien, pero había días que no lograba levantarse de la cama por el dolor, y lloraba adolorida, a veces iba a las clases prácticas a ver a sus compañeras practicar danza, y se sentía impotente, solo lograba participar en las clases de canto.
Una noche agobiada se encontraba en el patio de los dormitorios mirando el cielo recostada en la moto, con sus muletas apoyadas junto a ella, Kaoruko la observada desde adentro entristecida y Claudine observaba a esta preocupada, ninguna estaba acostumbrada a ver a Kaoruko y Futaba así, parecía como si algo en ellas hubiese muerto, era deprimente no ver sus sonrisas y escuchar sus bromas usuales todo el tiempo, se veían bastante afectadas después de eso. Nana se acercó a la puerta antes de salir y acercarse a Futaba, sentía una culpabilidad interminable, pensando en que fue su repetición lo que provocó eso, entonces le preguntó —¿Futaba?
La aludida la miró con una sonrisa, aunque Nana podía sentir su melancolía y tristeza —Nana, ¿Pasa algo?
La rubia al ver su sonrisa no pudo evitar sumergirse en sus pensamientos unos segundos. Nada de eso hubiese pasado sin sus repeticiones, ella no merecía eso. Pero mientras siguiese regresando, lo más posible es que siguieran sucediendo cosas así, una y otra vez, no podía detenerse, el escenario era brillante, y su castigo por repetirlo y tomar la estrella era vivir ese tipo de cosas, lo estaba entendiendo, sin embargo, su Festival Seisho fue siempre tan brillante, sin importar que tan mal le fuera, ella no podía dejarlo ir, ni siquiera ante un escenario como este, o el anterior, era tan brillante, un Starlight cegador. Con una sonrisa negó con su cabeza y le preguntó espontáneamente —¿Cómo sucedió?
Bajó su mirada y le dijo— Fue deslumbrante.
Nana la miró sorprendida, anonadado de escuchar algo así, asintió esperando que Futaba continuara.
—Estaba cerca de la academia, cuando el sol se hizo más brillante, sentí una luz cegadora sobre mi casco y algo golpeo mi llanta trasera, caí sin poder evitarlo, iba en falda, solo sentí el golpe contra el pavimento y el dolor de mis piernas rasparse, fue tan doloroso y lo único que pude pensar fue que moriría, Nana… No puedo llamar a esto vida —Sus ojos se cristalizaron mientras miraba la moto— Creí que era más fuerte, no creí que esto sucedería, no soy capaz de protegerla, ni siquiera de protegerme a mí misma. Me he vuelto una carga para Kaoruko, pero no puedo dejarla, y la impotencia, no puedo seguirles el ritmo, no nací con talento, me va a costar demasiado ponerme a su mismo nivel, no sé ni siquiera si pueda lograrlo, no puedo salir sin estas cosas—Su mirada viajo a las muletas con rabia— me siento inútil, no puedo hacer más nada que ser impotente, quisiera regresar a los días antes de ese accidente y evitarlo, quisiera volver, si esto sigue así, me iré, no puedo ser una carga para todas ustedes, regresaré a casa, y les agradezco a todas ser de ayuda para mí, les agradezco infinitamente que se encarguen de cuidar a Kaoruko en mi ausencia. Pero yo no creo soportar esto más. —Sus ojos regresaron a ella y Nana la abrazó con fuerza sin darle tiempo a protestar o reaccionar.
Kaoruko había desparecido del ventanal, cuando vio a Futaba entristecer aún más, prefirió alejarse de la escena e irse a su habitación, no podía soportarlo más.
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★Marzo de 2018★
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La obra nuevamente fue igual de deslumbrante, nada cambio, Futaba se había visto casi deprimida todos esos días, pero Nana sabía que no se iría porque la jirafa no cumpliría su palabra si eso sucedía, el día del festival Futaba se veía igual de móvil que siempre, parecía incluso que nada hubiera pasado, fue deslumbrante, fue muy deslumbrante, no podía dejar ir eso.
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⋆★⋆25 de mayo de 2018⋆★⋆
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Después de la obra Futaba tomó sus cosas y se fue, Kaoruko que parecía haber perdido su determinación se fue con ella negándose a dejarla ir sola, desertaron y por eso Nana estaba frente a la jirafa nuevamente, convenciéndose a sí misma de que las protegería de esa decepción, que ella regresaría a cambiarlo todo, aunque sabía que las cosas serían distintas, todo iba a ser igual o peor esta vez.
La jirafa la sacó de sus pensamientos al hacerle la misma pregunta que anteriormente—La que ha pasado esta audición eres tu Daiba Nana-San. Y ahora que eres la estrella superior, ¿Cuál es el “escenario del destino” que has buscado?
—Ya debería poder dejarlo ir, pero aún es muy deslumbrante.
—No sé cuántas veces hemos hecho esto, muy bien—Nuevamente lanzó la tira a sus pies como muchas veces anteriores.
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★Septiembre de 2017★
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Su Starlight nunca dejo de ser brillante, en vista de eso, ella decidió hacer todo lo posible para cuidar cada día que nada malo sucediera, y así cuidar también a sus amigas y su primer año en Seisho, su repetición.
Todo marchaba a la perfección, cuando entonces vio a una Claudine en la sala de baile con Maya y un montón de chicas a su alrededor, admirando lo sorprende que era ese dúo. Pensó que todo estaba yendo de maravilla, estaban practicando sin un profesor o supervisor, las chicas a su alrededor parecían solo haber ido a admirarlas un poco, Nana se juntó con ellas mientras hablaba con Futaba, quién le acompañó a buscar unas cosas en sus casilleros, y ahora iban de regreso a los dormitorios.
Definitivamente Claudine y Maya tenían ese toqué como pareja, aunque eran solo amigas, todos creían percibir en ellas la creciente tensión cuando estaban alrededor una de la otra. Maya era conocida por ser el número uno de la academia, la prodigio de la clase 99, y Claudine la numero dos, siempre estaba detrás de Maya, ambas eran muy buenas, lo que creó en ellas una creciente rivalidad. Maya era conocida como purasangre, porque su padre era un actor reconocido y su madre una Prima Donna, en ella habia un gran talento. Y Claudine, desde pequeña actuó en anuncios publicitarios y en un musical como actriz principal, la conocían como la niña prodigio, siendo su madre una francesa y su padre un japonés, ella era rubia a diferencia de Maya, quien era castaña. Ellas se conocieron en las audiciones cuando debían hacer estiramientos en parejas de a dos, Claudine invitó a Maya a hacerlos con ella, pero, sin embargo, después de meses estando en la misma clase y academia, entre ellas podía notarse el creciente acercamiento, su rivalidad terminó creando en ellas una amistad, Claudine incluso comía con Maya en los recesos como una especie de competencia entre sí, a veces practicaban solas en las salas de baile y usualmente hacían las clases no teóricas juntas.
Nana sonrió al ver la escena, todo marchaba bien, había estado evitando lo más posible dejar a Futaba salir sola en motocicleta, cuidaba sus diarios bajo llave y era más sutil con sus sentimientos hacia Junna, mantenía en la mira a Karen y a Mahiru, cuidaba a Kaoruko de pelear con Futaba, intentaba lo máximo posible hacer que todo saliera como en su primera repetición, verlas bailar le pareció hasta lindo, pero de pronto el panorama cambio totalmente, conmocionándola, Maya acaba de besar a Claudine y el bullicio y los suspiros de enamoradas que se formaron a su alrededor de parte de sus compañeras y admiradoras, pareció irritar a Claudine quien separó a Maya dándole una cachetada. La sonrisa de Nana cayó totalmente.
—¿¡Que piensas que estás haciendo?! —Le gritó Claudine totalmente escandalizada, estaba sonrojada y sorprendida, no esperaba eso de Tendo Maya.
—Saijo-san, yo, lo siento, no pude resistirme, creo que estoy enamorada de ti— Maya se veía bastante seria por la reciente reacción y Nana juraba que ella podía ver un deje de tristeza.
La francesa sin saber que decir solo supo soltar rápidamente por lo nerviosa que le ponía la situación, eso habría sido más fácil si no hubieran tenido un tumulto de personas a su alrededor observándolas —No, no puedo ni quiero quererte, para mi eres solo una rival y solamente eso, jamás seremos más que eso, y agradecería que me dejaras en paz si esas son tus intenciones conmigo —Se dio media vuelta y salió del salón de practica dejando a una Maya totalmente destrozada dentro. Futaba corrió tras Claudine intentando alcanzarla. Y Nana entró al aula intentando consolar a Maya iracunda por dentro, había hecho todo, todo para que su actuación repetida saliera bien esta vez y sin embargo seguían sucediendo estas cosas, el salón se fue despejando con un montón de rostros de empatía y caras de tristeza entre las chicas después de presenciar una escena así, otras iban molestas por la forma en que Claudine la había rechazado, la castaña solo asintió en silencio antes de salir de la habitación con la rubia más alta siguiéndola, Nana sabía que no podía dejarla sola, eso solo empeoraría las cosas, además, necesitaba saber que la impulsó a dar un paso así.
—Tendo-san ¿Estas bien? —El tono de voz de Nana representaba fielmente su preocupación, aunque estaba enojada, sabía que no era el momento de dejarlo salir, además, aun recordaba el rechazó de Junna, en ese instante agradeció mentalmente que eso no hubiese vuelto a suceder.
—Daiba-san, no te preocupes, está bien, yo esperaba una respuesta así —Maya caminaba rápidamente a los vestuarios, parecía que necesitaba estar sola, por lo cual, Nana colocó su mano en su hombro y le dijo.
—Puedes contar conmigo —Le regaló una de sus sonrisas y un asentimiento antes de darse la vuelta. Cuando estaba a punto de avanzar la voz de Maya la detuvo.
—No sé qué pasó, sentí el impulso y no pude resistirme, estoy tan confundida como ella —En su voz se notaban sus nervios y la duda. Por primera vez la rubia la escuchaba así. Sintió pesar.
—Lo entiendo, Tendo-san. No te juzgo, nadie elige de quien enamorarse. Saijo-san fue algo injusta y cruel contigo —Nana se le acercó unos pasos, pero Maya se dio la vuelta y con un asentimiento comenzó a caminar
—No la juzgues tu a ella, debe estar muy confundida.
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★Octubre de 2017★
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Después de lo sucedido Maya guardó su distancia y Claudine se veía más enfocada en practicar y tomar el lugar de Maya como número uno, pero, aunque practicara más y se viese a ambas más inspiradas en las clases, su rendimiento había disminuido, no era exageradamente notorio, pero Nana si lo notó, Maya y Claudine no estaban dando lo mejor de sí, sus mentes parecían estar en otro lugar. Y eso la irritaba, pero lo que colmaba su paciencia era el hecho que después de ese rechazó inminente de parte de la francesa hacia la castaña, su grupo se dividió en dos, entre quienes apoyaban a Claudine y decían que lo que hizo estaba bien y los que apoyaban a Maya diciendo que la francesa debió ser menos cruel y más sutil. El grupo de Claudine se formaba por Futaba, Kaoruko y Karen, y el de Maya por Junna, Mahiru y ella. Eso las estaba dividiendo como amigas, y eso en lo absoluto era lo que ella deseó.
Estaban en clases de danza cuando sucedió por primera vez, ellas se manifestaron. Claudine estaba bailando con Futaba mientras Maya con Nana, se chocaron y fue suficiente para ser un detonante. Fue principalmente culpa suya, se tropezó contra sus propios pies y chocó contra Futaba y esta empujó a Claudine, haciendo que ambas cayeran al suelo. Entonces Futaba saltó molesta
—¡Oye, ten más cuidado, no tienes que actuar así con ella! —Su mirada estaba dirigía a Maya quien estaba detrás de Nana
Nana en vista de la situación no pudo evitar hacer algo —¡No tienes que enojarte así! Tendo-san no ha hecho nada, fue culpa mía.
—Ara ara… Tampoco tienes que defenderla, Nana-han, todas vimos lo que sucedió — espetó Kaoruko con su tonó de voz juguetón.
—Tendo-san está molesta con Claudine solo porque no la quiere—Karen intervino diciendo lo que para algunas parecía lo obvio.
—¡Eso no es así Karen-chan! Tendo-san no está enojada con Claudine— Mahiru se veía temerosa y se detuvo junto a Karen.
La presidenta de la clase detuvo aquella discusión —Dejen a Tendo-san tranquila, el accidente lo ocasionó Nana, se tropezó, no hay nada que discutir.
Nana se encolerizó un poco y estaba a punto de añadir algo hasta que Maya decidió intervenir —Mis disculpas Isuguri-san por chocar contigo —Se acercó a Claudine que seguía en el suelo y le tendió la mano con una pequeña sonrisa —Discúlpame por haber ocasionado este incidente, Saijo-san.
Claudine miro su mano y la tomó ligeramente sonrojada para levantarse, no estaba de acuerdo con lo que estaba sucediendo entre sus amigas, pero no quería que ellas supieran que ella podría estarse sintiendo confundida después de lo que le dijo a Maya —Méchante …Va!
Eso fue el detonante para la guerra fría de la academia Seisho clase 99, el grupo Maya vs el grupo Claudine. Aunque ellas técnicamente no estaban dentro de sus grupos. Maya les insistía a todas en respetar la decisión de Claudine y la francesa solo parecía querer huir siempre.
Después de eso las chicas se lanzaban miradas poco comunes y poco amistosas, se creaba una tensión cuando estaban todas reunidas, el grupo se encontraba dividido.
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★Noviembre de 2017★
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Claudine se encontraba en la biblioteca cuando le vinieron una ráfaga de pensamientos, no entendía que estaba sintiendo, no lograba sacarse ese beso de la cabeza, era una película reproduciéndose en un bucle interminable. Esa sensación la estaba volviendo loca. Llevo sus manos a su cabeza, junto con el libro que sostenía entre ellas, con un suspiro sintiéndose frustrada, Tendo Maya era su rival, ella no debería verla como nada más que eso y después de todo lo que le dijo y como la trató, lo posible es que estuviese enojada con ella, tal vez no lo demostraba con los demás, pero ella percibía un poco de molestia cuando estaba a su alrededor, era su rival, si ella se enamoraba perdería contra ella, no pensaba perder, no podía ni debía perder. Claudine se convencía a si misma mientras miraba las letras de un libro que ni siquiera estaba leyendo.
En otra parte de la academia estaba una rubia alta sentada junto a una chica castaña mientras esta miraba el muffin de Banana que le acababan de regalar, Maya trataba lo mejor posible de evitar hablar con Daiba-san, porque sabía que era muy persuasiva y fácil abrirse a ella —¿Qué pasa Daiba-san?
Nana la miro con una sonrisa y negó suavemente con su cabeza —Eso deberías decirme tu Tendo-san.
—No pasa nada—Nana negó con su cabeza y le dio un pequeño mordisco a su dulce.
Nana no pensaba ir con rodeos, estaba sintiéndose iracunda, si no sabía pronto como resolver eso, solo tendría que esperar a su siguiente repetición, pero si esta fue así, aquella sería dos veces peor, le frustraba no saber cómo protegerlas —¿Cómo te sientes?
Maya dejó a un lado el muffin y con una hoja de papel hizo un avión, mirando su obra le contestó —No sabría describirlo.
Nana la miro con una sonrisa melancólica y le dijo —¿No extrañas esos momentos antes de que todo se fuera abajo? Si lo haces. Sé que te duele, estar enamorada y no ser correspondida siempre duele, Tendo-san, no tienes que pasar por esto sola, sé que escuchas como si fuera una canción de nunca acabar su voz y sus palabras, tal vez siendo más precisa el “Dejame en paz” o el “No puedo ni quiero quererte”, posiblemente sueñas con ella y te encoleriza verla con alguien más, entiendo ese sentimiento. Se lo que se siente que te rechacen.
Maya dobló el ala izquierda del avión de papel concentrada escuchando las palabras de Nana. No quería admitirlo, pero ciertamente todo lo que dijo era cierto y había más que no alcanzó a mencionar —Nunca antes conocí este sentimiento, Daiba-san.
—Eso Tendo-san, es amor, duele, duele y sigue doliendo, hasta que no duele más.
—¿Es de lo que cuentan tanto en las obras y el teatro? ¿Dónde está la belleza en esto? — Maya dobló la otra ala del avión intentando perfeccionarlo, su voz sonaba igual de serena que siempre, y, sin embargo, Nana sentía que eso era solo una fachada.
Negando con su cabeza y con una sonrisa entristecida recordó lo que sintió cuando Junna la rechazó, sintió empatía con Maya —No, Tendo-san, esa es la otra cara del amor, a nadie le gusta hablar de esta.
Maya levantó el pequeño avión en sus manos y lo lanzó suavemente, pero justo cuando estaba despegando, sopló una suave brisa y el avión se estrelló contra el piso, cuando Nana lo tomó del suelo se dio cuenta que le faltaba el ala derecha, por lo cual le sorprendió que lograra mantenerse en el aire, aunque sea unos segundos, Maya le mostró el pedazo de papel faltante con melancolía y Nana entonces tomó su muffin de la mesa y le dio un mordisco con una sonrisa.
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★Marzo de 2018★
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Nana creía que después de su conversación con Maya las cosas mejorarían, solo adelantaría algo el tiempo en que comenzaron su relación, pero no fue así, Tendo-san estuvo alejada completamente de Claudine unas semanas hasta que regresó y empezaron a comportarse como antes, su grupo de amigas, aunque intentara volver a tener su amistad siempre resultaban discutiendo, estar juntas todas a la vez era totalmente una dificultad cuando estaban fuera de clases o prácticas.
Claudine logró despejar sus dudas y una noche a solas decidió rendirse, ella no podía soportar sus sentimientos, eran demasiado fuertes, Tendo Maya la trataba igual que antes, juraba que aun sentía lo mismo y ya la había perdonado. Aunque nunca le pidió perdón directamente, su orgullo no se lo permitía. Escribió entonces una carta, escribió todos sus sentimientos con un rubor adornando sus mejillas y la pasó por debajo de la puerta de Maya, esperando que en la mañana viera el sobre y lo leyera.
En efecto a la mañana siguiente Maya encontró una carta bajo su puerta y lo abrió, se sentó en su cama con una pequeña sonrisa y un sonrojo al sentir la fragancia parisina que tenía el papel, no necesitaba leer su nombre para saber que se trataba de ella, entonces procedió a leer:
Tokio, Japón
5 de marzo de 2018
Tendo Maya:
Sé que hasta ahora no me he disculpado contigo por mi comportamiento impropio delante de todos, nunca debí rechazarte de esa forma, pido tus disculpas sinceras por eso, fui una persona muy cruel y tú no lo merecías, sin embargo supiste manejarlo, has sido una persona muy buena conmigo, incluso le pedias a los demás que respetaran mi decisión, yo egoístamente solo pensé en mí, estaba confundida, pero ahora sé que estoy enamorada de ti y no es algo que yo pueda evitar, entiendo lo que sientes, porque yo aún creo que tu sientes esas cosas por mí, eres mi rival, mi amiga, quiero que seamos más que eso, que ahora seamos una pareja, que me sigas impulsando a seguir avanzando, quiero que seamos las numero uno juntas. No he podido tener una sola noche sin soñarte, después de ese beso, siento que quiero más de ellos, Tendo Maya, si tus sentimientos siguen siendo los mismos los mismos que el pasado septiembre, estaré gustosa de aceptarlos, y entregarte los míos, podría incluso a atreverme a decir que te amo, porque mi sentir hacia ti es tan fuerte como eso e incluso más.
Atentamente, y con todo mi amor
Saijo Claudine.
Maya salió de su habitación con dirección a la de Claudine, cuando llego toco la puerta y en menos tiempo del esperado, una rubia con una sonrisa radiante le abrió, ella no quería destruir su felicidad, pero tenía que decirle eso lo más pronto posible, entonces, dándole la carta con un rostro serio le dijo —Lo siento, Saijo Claudine, pero fue amor, dolió, dolió y siguió doliendo, hasta que ya no dolió más. Yo ya no puedo corresponderte, no siento lo mismo que tú.
Claudine frunció el ceño intentando retener sus lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos y se acercó a Maya para robarle un beso, soltarla y decirle —Tenía que quedarme con lo que tomaste de mí en un principio.
Maya asintió antes de salir de la habitación con la carta aún en manos después de que Claudine se la devolviera.
Semanas después la obra sucedió exactamente como todas las veces anteriores, ese día todo fue perfecto. No hubo una sola falla y Nana se encontraba contenta, su escenario fue siempre tan brillante.
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⋆★⋆25 de mayo de 2018⋆★⋆
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Maya y Claudine cortaron lazos, sus amigas seguían teniendo esa tensión después de la obra, y seguía existiendo su favoritismo entre las chicas, lo que las tenía incluso más separadas.
Entonces la Jirafa habló interrumpiendo sus pensamientos —La que ha pasado esta audición eres tu Daiba Nana-San. Y ahora que eres la estrella superior, ¿Cuál es el “escenario del destino” que has buscado?
Su mirada fría y vacía era una fiel demostración de sus sentimientos —Aun es muy deslumbrante…
—No sé cuántas veces hemos hecho esto, pero muy bien—Sin expresión alguna en su tono de voz, le había cumplido su deseo.
—¿Por qué estás haciendo esto por mí?
—El momento en que una chica de escenarios se convierte en una estrella superior, la fusión de “maravilla” y “brillo” produce una reacción más maravillosa… Un brillo eterno, en un momento de combustión ¡Un escenario eterno que nadie puede prever! Yo deseo ver eso.
—Un escenario eterno…Que nadie puede prever… —Esta vez a sus pies no cayó la Glitterin Star que cumpliría sus deseos, aterrizó entonces una daga totalmente nueva para ella y pudo verla silueta de otra chica en la lejanía junto a un árbol detrás de la jirafa.
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⋆★⋆ 17 de abril de 2017⋆★⋆
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Se comenzaba a desesperar, estaba desesperada por esta repetición, quería cuidarlas a todas, pero parecía que ella era el problema, todo iba mal en cada repetición y ella sentía que era la causante de los defectos.
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⋆✩⋆ Mayo de 2018⋆✩⋆
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Todo parecía marchar bien, no hubo ningún cambio en todo ese tiempo, su repetición no fue alterada, Nana creía que ya nada sucedería, entonces pasó… Apareció una chica nueva, Kagura Hikari, eso no supo preverlo, era un cambio que jamás esperó, Karen se la pasaba tras ella y parecía que era una amiga de su infancia de la cual se separó doce años porque ella fue a vivir a Inglaterra, una chica pelinegra, con una personalidad introvertida, totalmente lo contrario a Karen, una chica de cabello naranja tostado con una personalidad extrovertida y optimista, también bastante inocente a decir verdad. Nana estaba sorprendida, desesperada, asustada, ese factor, no era algo que pudiera simplemente ignorar, tampoco sabía el riesgo que ella podría representar, no podía poner su repetición en riesgo, entonces tomó una decisión, se comenzó a aislar de todas, para evitar destruir su repetición, para procurar la siguiente. Pero la desesperación la llevo a intentar acercarse a Kagura-san, le parecía muy misteriosa y ella no pondría en riesgo su escenario deseado.
Nana podía recordar con exactitud cuándo fue la primera vez que Hikari mostró sus intenciones.
Nana se acercó a Hikari al verla frente al ascensor que las llevaba al teatro subterráneo —¡Te encontré! —Provocando que Hikari se diera la vuelta asustada y sorprendida —Así que aquí es donde estabas, Hikari-chan. Te estuve buscando.
Hikari miro a Nana con recelo —¿Por qué?
—¿Estás buscando algo? —La sonrisa de Nana era amistosa.
—Me perdí, eso es todo.
Nana sabía que Hikari estaba ocultando algo, podía intuirlo, además, era difícil perderse y llegar justo a ese ascensor —Ya veo, me alegro. —Trayendo sus manos al frente con una sonrisa Nana le mostró a Hikari unos frasquitos en una bandeja —Cierto, hice un pudín de Banana ¿Quieres comerlo con nosotras? —Realmente eso era una excusa para seguirla.
Hikari con un suspiro de alivio de que no la hubiese descubierto le dijo —No me gustan las cosas que se tambalean.
Nana había comenzado a seguir más a Hikari constantemente y a separarse de sus amigas, la pelinegra podría destruir su escenario deseado, no podía dejarla sola, y menos ahora que sabía que ella sabía algo. Sin darse cuenta su desesperación la llevo a alejarse de las chicas, las veía poco y convivía poco con ellas desde la llegada de Hikari, ya no era su Banana de siempre, llegaba tarde a los dormitorios, Junna pudo comenzar a notar sus nuevas actitudes, cocinaba solo el desayuno muy temprano en las mañanas y se iba a la academia antes que las demás, además de preocuparse por la reciente aparición de una nueva persona, estaba decidida a evitar el dolor, sufrimiento, a cuidar a sus amigas y en las recientes repeticiones llegó a la conclusión de que todo lo malo sucedió por su culpa, no podía permitir que ellas sufrieran por su culpa, ella solo quería protegerlas, por eso las retenía en su Starlight 99, no quería que sufrieran las decepciones de crecer, de avanzar a nuevas cosas desconocidas, ella sabía que crecer era arriesgarse y no quería arriesgarlas, así eligió separarse de ellas, las batallas en el teatro subterráneo habían comenzado y ella estaba dando lo mejor de sí misma en cada una de ellas, pero en la tabla de puntuaciones se apreciaba un nombre que ella jamás esperó escuchar en esas audiciones o revues, Aijo Karen, ella no estuvo en ninguna de sus repeticiones.
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⋆✩⋆21 Mayo de 2018⋆✩⋆
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Nana se encontraba en el elevador que la llevaría al teatro subterráneo debajo de la academia Seisho, todo su Starlight 99 fue muy brillante, no sabía contra quien combatiría, no importaba contra quien fuera, no podía perder, no iba a perder, ella tenía que ganar, por sus amigas, por su Starlight 99, por su escenario deseado, sus repeticiones que las protegerían siempre del sufrimiento que se impone, el dolor de probar cosas nuevas, la tristeza de rendirse porque duele demasiado, convertirse en adultas. Quería protegerlas a todas de eso. ¡Las protegería de todo!
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuchó una voz conocida —El voto de ese día se deslizó de una mano sostenida con confianza en lo alto, cayendo al abismo. —Entonces Nana la vio, su contrincante dejó caer su daga de su mano sosteniéndola por una especie de hilo que colgaba desde el mango de la misma, era esa daga la que la jirafa colocó en el lugar donde siempre aparecía la Glitterin Star. Ella continuó —Aúnque puede terminar en tragedia, una vez más subiré al escenario del destino. ¡Estudiante de la clase 99, Kagura Hikari! ¡Todo esto…Es por Starlight!— En la mente de Nana solo resonó “Ya sé el destino de todas, y es que yo vuelva a repetir todo, ganaré a toda costa”.
Gritó el director de teatro, la jirafa—¡El sexto día de audiciones es una presentación de “La Revue de Soledad”!
¡Ahora canten, bailen y compitan para convertirse en la Estrella Superior!
¡Hola! Yo aquí nuevamente, esta vez espero no haber roto sus corazones.
Este fic era para el reto de la comunidad de Revue Starlight en amino, espero que les haya gustado.
Fue escrito también con ayuda de La liga de las Fickers ( Dragón y Yuu ) además de Chocobo y el resto del Team Starlight.
He estado desaparecida buen rato en los fics, pero era a causa de problemas técnicos, que ya han sido resueltos, hoy mismo he comenzado ya con el siguiente Fic.
También perdonen las faltas ortográficas, Han ha tenido inconvenientes y no ha podido ayudarnos en esta ocasión, sin embargo, espero que no hayan sido muchas de mi parte.
Gracias por su apoyo y por leer mis fics, espero que lo hayan disfrutado.
¡Nos leemos pronto!
Pd:He sufrido tanto como ustedes al escribir este fic _
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