top of page

Tres y quince

3:15 AM

Claudine.

Pasé mis manos por tu cabello suave y sedoso mientras terminabas lo que empezaste, hasta que te acostaste rendida a mi lado.

-No estuviste nada mal esta noche- Soltaste mientras te volteabas a verme, te ves cansada.

-Nunca te decepcionaría, llevamos mucho tiempo sin vernos, sé que me extrañaste, eso es lo que nos hace tener buenas noches- Lo dije para ti aunque realmente lo escuché de una canción y en ese momento pensé en ti.

-¿Qué has estado haciendo desde que nos graduamos?- Me preguntaste aún sabiendo todo lo que he hecho, pero no importa, te responderé sin importar que lo sepas.

-Actuación, películas, obras, canciones, revistas, entrevistas, nada que no hayas hecho tú, Tendo- Te dije mientras volteé hacia ti.

Te miré a los ojos, aún se notaba su brillo en ellos a pesar de tu cansancio, te podía distinguir entre la oscuridad del cuarto. Hemos estado tantas veces en esta situación que ya no tengo miedo.

-Te ha ido realmente bien, Ma Claudine- Acercaste tu mano a mi rostro sólo para apartar unos cuantos mechones.

-Nada que tú no sepas, Tendo- La Claudine del pasado habría apartado tu mano, creo que hemos cambiado- Tienes un vuelo mañana, deberías dormir.

El silencio inundó la habitación, tanto que pensé que te habías dignado a hacerme caso y terminaste dormida, hasta que decidiste soltar algo nuevo.

-Mírame a los ojos- Me dijiste, no quise hacerlo- Claudine, es una orden, mírame.

-¿Qué se te ofrece?- Me rendí, no quisiera discutir contigo en la madrugada.

-¿Te sientes diferente conmigo?- Preguntaste, y yo que pensé que dirías una tontería como siempre sueles bromear, resulta que esta no es la ocasión.

-¿Por qué debería sentirme diferente contigo? Después de todo esto, tú deberías sentirte diferente conmigo- Yo ya lo sabía todo, no tienes que explicármelo- ¿No es ella importante para ti? No me has visto en un año y apareces de la nada, conduces por dos horas sólo para pasar la noche conmigo y resulta que aún me entiendes.

-Eres tan genial nena, ni siquiera tienes que intentarlo- Suspiraste- Ni siquiera puedo mentir, pienso en ti cuando estoy con ella y aún me cuestionas sobre qué es importante para mí cuando claramente tú lo eres.

-Mírame a los ojos y dime que te sientes diferente- Lo intenté yo esta vez.

Me miraste a los ojos y me dijiste- Me siento diferente, me haces sentir viva-

Me permití sonreír.

-No sonrías, por favor- Te hice caso y borré la sonrisa de mi rostro.

-¿Por qué?- Me atreví a preguntar.

-Duele verte reír porque sé que extrañaré esto, pasará el tiempo y ¿Cómo podría olvidarlo? Eres tan hermosa.

-Ni siquiera tienes que recordarme, tu vida ha sido genial desde la graduación, estuviste con varias chicas y ahora estás comprometida, eso es bueno, he escuchado sobre tu prometida y realmente es una chica muy hermosa.

-Podría olvidarme de esas zorras por ti- Suenas tan valiente.

Me dediqué a observarte, claramente no respondería eso.

-Sal conmigo- Ni siquiera me dejaste responder cuando ya te habías levantado y comenzaste a vestirte para salir, me quedé sin palabras, no sabía cómo reaccionar- ¿Qué esperas? Levántate.

Te hice caso y empecé a vestirme rápidamente, no sabía a dónde querías ir, pero supuse que si estaba contigo estaría bien.

----------

Eran las cuatro después de las tres, estábamos corriendo por las calles vacías en medio de la madrugada y bailábamos mal aunque supiéramos hacerlo perfectamente, tu camisa estaba sudada y se pegaba a tu cuerpo, tus pantalones ajustados se veían geniales en ti aunque la correa estaba mal puesta ¿Estabas tan apresurada de salir?

Decidí volver a mi realidad, sabía que esto no duraría mucho.

-Maya- Te llamé, no me hiciste caso.

Sé que me escuchaste y no quisiste voltear porque estabas tan acobardada y tú sabías eso, estaba tan consciente de que no estarías dispuesta a dejarlo ir todo.

-Maya- Te llamé nuevamente y esta vez alcé un poco la voz- Tienes que volver, tienes un vuelo en unas horas, tu prometida te espera.

-Tienes razón.

Volvimos a las 5, te dormiste inmediatamente, decidí no dormirme para despedirme cuando tengas que irte porque eras capáz de irte sin despedirte.

No sabes qué tan difícil es verte ir tan rápido, me haces desear tanto que las cosas hubieran sido diferentes.

Quizá sólo estoy atascada en el pasado.

----------

Maya.

-¿Volveré a verte?- Pregunté con temor, no quería dejarte, pero tenía que hacerlo.

-Nena, estaré para ti siempre, sólo búscame o conduce por dos horas durante media noche- Bromeaste.

-Claudine, hablo en serio.

-Yo también lo hago- Esta vez lo dijiste mirando a mis ojos de una manera seria mientras ajustabas mi corbata y deslizabas tus manos por mis hombros- Estaré contigo siempre, lejos, pero contigo.

Te creí.

-¡Mírate! Te ves genial, más genial que cuando estábamos en Seisho.

Quería decirte algo antes de irme, nunca tuve problemas para decir lo que quería, pero juro que contigo es diferente.

-Claudine- Sentí miedo en cuanto mencioné tu nombre, pero yo obviamente no lo demostraría.

-Dime- Respondiste sin mirarme a los ojos

-Eres...- Me pausé en medio de mí confesión y sentí vergüenza

-¿Soy...?- Trataste de impulsarme, tomé un respiro y seguí.

-Eres genial, ni siquiera tienes que intentarlo, eres hermosa, talentosa, emprendedora y a cualquiera que dude de ti que se jod...

-Maya, sé lo que quieres decir, cariño, estaremos bien.

Fue lo último que dijiste para luego dejar un suave beso en mis labios.

Un beso donde nos decíamos todo lo que nos queríamos decir y un abrazo, no volvería a abrazarte durante mucho tiempo.

----------

Ahora me encontraba en un avión.

Mi boda sería en poco tiempo.

Ma Claudine, me habría gustado hacer las cosas bien contigo, por un momento sentí que te tenía.

Si no hubiera pensado tanto en lo que los demás querían para mí.

Si hubiera pensado un poco más en ti habría tomado en cuenta todas las cosas que no sabía que quería hacer contigo y quizá de alguna manera lograrlas.

Quería quedarme, pero tenía que irme.

Perdóname, Ma Claudine.

23 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page