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Foto del escritorEri1305

Tormenta Eléctrica

— Al parecer habrá tormenta eléctrica esta noche — Nana comento mientras en compañía de Junna levantaban el resto de los trastos ocupado para la cena de aquella noche en la gran residencia femenina.


Muchas de las chicas de la casa parecían simplemente haber hecho caso omiso a aquel comentario de la rubia, mientras procedían a levantarse de sus respectivos asientos con excepción de una persona, la cual desde su mismo sitio palideció ligeramente. Claudine tomo disimuladamente una bocarada de aire cuando parecía que nadie la observaba para tranquilizarse después de lo que Banana había dicho.


No quería parecer una persona miedosa y por supuesto débil frente a Tendou Maya, ni ante el resto de las chicas, obviamente.


— ¿Kuro-chan, estas bien? — Le pregunto Karen tomándola por sorpresa, no se había percatado que la chica hiperactiva aún se encontraba frente a ella sentada — te vez un poco más pálida de lo normal — soltó Aijou logrando que el resto volviera a prestar atención en la francesa.


¡Maldición, esto era exactamente lo que menos quería que pasara! Porque de entre todas las miradas de preocupación estaba la de ella, la señorita "Perfecta" Tendou Maya, quien también ahora tenía su vista penetrante posada sobre ella, probablemente a la espera de que mostrara algún signo de debilidad, pero no, no le daría en el gusto.


Claudine tosió ligeramente mientras con un aire de frescura se levantaba de su asiento — Debe ser el cansancio chicas, ne vous inquiétez pas. — respondió con ese toque elegante que la acompañaba siempre, para posteriormente despedirse del resto y dirigirse a su habitación sin voltear la vista.


◇◇◇


"¡Idiota, idiota!" se regañaba mentalmente la francesa, no quería ser comidilla del resto de las chicas de la residencia y que se empezara a especular sobre su pequeño GRAN pavor a los rayos, eso definitivamente le daría el empujón para que Futaba y Kaoruko la molestasen, y que decir de Tendou Maya quien probablemente ahora ya no la vería como una digna enemiga.


— Je suis une idiote — suspiro mientras se sumergía más en las tibias aguas de la bañera de su cuarto.


◇◇◇


El viento soplaba mucho más fuerte de lo que ella misma podría imaginar, probablemente gracias a su enorme habitación el eco de las ramas golpeando tanto el techo como las paredes de la residencia parecían mucho mayor, pero con esto no había tanto problema, ya que de la tormenta eléctrica parecía no haber rastro alguno "Lo mejor será dormir ahora, antes de que todo comience" se repetía mentalmente, pero el fuerte ruido de la lluvia poco parecía colaborar con su cometido.


Izquierda, derecha, cada cierto minuto se giraba en su enorme cama, buscando el mejor ángulo para que Morfeo la viniera a recoger y la llevara a su mundo de sueños.


Pasaron los minutos y cuando parecía que estaba a punto de por fin caer en aquel anhelado sueño, el primer rayo hizo su aparición, iluminando toda la habitación y logrando que Claudine se tensara del miedo en ese mismo lugar. Cerró sus ojos con fuerza y se cubrió completamente entre sus sábanas, quería que ellas la cobijaran y la protegieran de aquel miedo que desde niña la perseguía. En momentos como este Claudine maldecía el no tener una compañera de cuarto al igual que el resto.


Su pecho poco a poco comenzaba a apretarse, no quería parecer débil ante ella misma, pero se seguía odiado por su temor a los rayos. Uno, dos y hasta tres relámpagos seguidos azotaban contra el cielo mientras ella solo ahogaba sus quejidos para que el resto no se enteraran de que a causa de eso ella probablemente echaría a llorar.


Quería que alguien la acompañara, que alguien fuera su guardián para que velara por ella mientras intentaba conciliar el sueño y dejar aquella amarga noche de terror atrás, fue debido a aquello que entre lágrimas y de forma inconsciente se escapó de sus labios el nombre de aquella chica.


— M-Maya... — susurro en un quejido ahogado, pero para su sorpresa en aquel momento las tapas de su cama se movieron, Claudine se giró en su lugar para ver gracias a la iluminación de los rayos a la bella castaña acomodándose en su propia cama.


— Solo sigue durmiendo, yo me quedaré contigo — susurró Tendou mientras abrazaba a Claudine para calmar el ligero llanto de esta — no tienes que tener miedo, todo pasara.

Acurrucada entre los cálidos brazos de Maya, la francesa ligeramente seso su llanto mientras escuchaba un ligero tarareo de Tendou Maya acompañado de los latidos de su corazón.


Definitivamente la enemistad por esta noche quedaría en el pasado.

 

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