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  • Foto del escritorEri1305

Sin salida

La respiración de Claudine se aceleró. Comúnmente esto no sucedería de la nada, pero la rubia si tenía motivos de sobra como para encontrarse en tal estado, más aún cuando se hallaba en el armario de una habitación que no era la suya, sino que en el de la gran Tendou Maya, quien al parecer había llegado mucho antes de lo que tenia presupuestado a la residencia femenina.


La francesa podía sentirla y verla a través de las pequeñas rejillas que este tenía para la luz.


Maya camino por su habitación y dejó su equipaje sobre su desocupada cama, con la vista recorrió los rincones como sabiendo que algo dentro del cuarto no calzaba del todo.


Su visión se diriguió con dirección al guardarropa, logrando que Claudine sintiera que sin querer sus miradas chocaron, la rubia sintió como su respiración era lo suficientemente fuerte como para delatarla por lo cual, como medida de desesperación, se cubrió la boca hasta que nuevamente la atención de la prodigio volvió a su maleta.


Mil y un formas de cómo salir de aquel lugar pasaron por su mente, pero todas terminaban casi con el mismo resultado.


Y ese era teniendo que ver el rostro de Maya de frente, aclarando él por qué estaba ella en aquel lugar. Probablemente Maya se reiría de ella, porque ya no estaba en edad como para hacer aquel tipo de cosas.


El cómo había terminado ahí se produjo hace solo algunos minutos, todas –con excepción de Junna, quien andaba comprando algunas frutas, y Nana, la cual se encontraba cocinando algunas cosas- regresarían hoy debido a las festividades de primavera. Claudine para su sorpresa había sido la primera en arribar a la residencia, dado que su vuelo de Francia a Japón se adelantó.


Cosa que comúnmente no acostumbra a pasar.


Al llegar lo primero que hizo fue recorrer la primera planta, buscando a alguna de las chicas para saludarla antes de ir a dejar sus cosas. Recorrió algunas de las habitaciones hasta que, en la cocina diviso a Nana, quien preparaba meriendas para recibir al resto de las habitantes de la casa.


Claudine recordaba que la había pasado a saludar, que ambas se habían quedado charlando unos minutos hasta que la curiosidad invadió a la extranjera.


- Banana, ¿sabes a qué hora comúnmente llega Tendou Maya?


- ¿Maya-chan? Mmm... – unos segundos pasaron antes de que Nana pudiera responderle con seguridad, probablemente después de sacar un promedio de las ocasiones anteriores – Tomando en cuenta la hora, ¿probablemente en una hora y media más? A las 18:00 ya debería andar por aquí.


Con eso en mente, Claudine paso a dejar primero las maletas a su cuarto, para después ir al otro extremo de los pasillos.


Porque tiempo era lo que más tendría en este momento.


Al abrir la puerta un característico aroma a vainilla la inundo, Claudine solo conocía aquel cuarto desde afuera ya que nunca había tenido algún motivo para realmente entrar. Su vista recorrió la instalación, pasando por la suave cama, acariciándola con ternura para después dirigirse al escritorio en donde pudo contemplar aquella fotografía enmarcada del Starlight 99, la obra en donde ambas habían sido protagonistas.


Una sonrisa se le escapó mientras acariciaba la foto donde aparecía la castaña.


- Realmente es un cuarto agradable... – pensó para sí misma la rubia mientras volvía a dejar el marco en su lugar.


Quizás haya sido debido a las horas de viaje o por culpa de aquel relajante olor en el cuarto, pero antes de que pudiera darse cuenta, Claudine se encontraba recostada sobre la suave cama.


- ...Solo será un momento – Fue lo último que repitió antes de caer en los brazos de Morfeo.


Los minutos pasaron y los pequeños rayos de luz volvieron a despertarla, un poco atontada Claudine bostezo levantando sus brazos para estirarse. Sin recordar cuándo había sido la última vez que dormía de aquella manera tan reparadora en tan pocos minutos.


Ahora un poco más consciente y sin revisar aún la hora, optó por ordenar la cama lo mejor que pudiera para después salir de ahí antes que su rival llegara.


Pero lo poco de ensoñación que le quedaba murió más rápido de lo que podía haber pensado cuando antes de acercarse a la puerta escucho aquella voz soprano.


- C-Ce n'est pas possible...(No puede ser) ¿¡En serio ya está aquí!?


Claudine pudo escuchar como la castaña desde el pasillo hablaba con alguien por teléfono mientras arrastraba su maleta hasta donde ella estaba, el cuarto de Tendou Maya.


Fue así como en un acto reflejo opto por la mejor opción que encontró, esconderse dentro del closet.


No había otra alternativa.

Ya no podía escapar.


Fue así como frenéticamente e intentando hacer el menor ruido posible agarro su celular, enviándole un mensaje a quien podría ser su única salvación en este momento.


[ 18:02 ]

Kuro: ¡BANANA, AYUDA CUARTO MAYA SÁCALA!

[ 18:03 ]

Banana: ¿Eeh? ¿Kuro-chan? ¿Qué pasó?


Banana: ¿Estas? ¿Aloo?


Para su gusto, Maya se movía demasiado por el dormitorio y temía que más temprano que tarde se diera cuenta que alguien había estado por ahí y peor aún, que se encontraba en ese mismo lugar.


- ¡P-Probablemente piense que soy una acosadora...!


Solo rogaba para que aquella persona la pudiera salvar de este estúpido impase.


Dos toques a la puerta hicieron que Maya se alejara del escritorio y abriera la puerta.


- M-Maya-chan... – Hablo Banana con la respiración un tanto entrecortada, probablemente debido al apuro por llegar a la habitación de la castaña.


Tanto Maya como Claudine se sorprendieron de escuchar la voz de la más alta, aunque más que sorpresa para Claudine era una combinación entre alegría y emoción el saber que su salvadora ya estaba en la puerta.


- ¿Daiba Nana-san?


- ¿Q-Qué haces, Maya-chan? – Preguntó alegremente la más alta, esperando probablemente iniciar una conversación casual con la cual ayudar a Claudine.


- Nada... acabo de llegar – La francesa vio como la castaña se alejaba de la puerta para ir a la cama y abrir su maleta.


Un pequeño golpe se escuchó desde el armario captando la atención de las otras dos chicas.


- ¡A-Ah! ¡Maya-chan! – dijo Banana entrando completamente al cuarto de la prodigio deseando que la chica no haya logrado escuchar bien aquel sonido, suponiendo que era ahí donde estaba ahora la más bajita – ¿Q-Qué tal el viaje?


- Estuvo bien, mis padres enviaron algunas cosas para que las compartiéramos.

Maya tomo una de las prendas de la maleta y se dirigió al armario con la intención de abrirlo, Claudine sintió como su corazón casi se detuvo en aquel momento.


- ¡M-MAYA-CHAN!


- ¿Sí? – le respondió esta con una de sus manos en el pomo del armario.


- ¿Podrías alejarte del armario? – le pregunto tajantemente a la castaña, tomándola por sorpresa.


- ¿Eh? ¿Por qué? – Maya no entendía del todo lo que estaba ocurriendo, más aún la extraña intromisión de la alta rubia en su cuarto.


- Porque... - pensó por un momento – ¡n-necesito que me ayudes con la comida para recibir al resto de las chicas! – terminó por soltar con su característico tono alegre, rogando para que la castaña aceptara su petición.


- ¿Es necesario que ayude? – Contrarresto un tanto cabizbaja.


- Sí~ ¡Acompáñame! – Animadamente le dijo Banana mientras se acercaba donde Maya y la jalaba levemente.


- Pero...


- Sin peros, vamos~


Sus pasos se detuvieron antes de que ambas lograron salir por completo de la habitación.


- Lo siento, Daiba-san, ya tengo planes – Comentó decididamente Maya mientras le daba una pequeña reverencia a modo de disculpas a Nana.


Ante la negativa y sabiendo que las posibilidades de ayudar a su amiga poco a poco se desvanecían y la curiosidad fue ganando terreno en la rubia más alta - ¿Eh? ¿Qué planes? – Soltó Nana con duda.


Pero la castaña parecía tajante en no querer revelar nada.


- No puedo decirte, lo siento.


- Vamos, dime~


- Detente por favor.


- No hasta que me digas~


Un suspiro salió de los labios de Maya, sabiendo que aquella chica no se detendría hasta saber – Es por Claudine... – La aludida, que hasta hace algunos minutos intentó mantenerse lo más callada posible se sorprendió, pensando que quizás había oído mal.


No había forma de que ella estuviera entre los planes de su enemiga.


- ¿Qué? ¿Kuro-chan? ¿Qué tiene que ver Kuro-chan?


Maya se tomó su tiempo antes de responderle con seguridad - Quiero irla a buscar al aeropuerto y después invitarla a alguna parte a comer.


- ¿Eh? ¿Por qué?


- Me gustaría formalizar un poco más lo que tenem...


Un chillido se escuchó dentro del armario que no pasó desapercibido por ninguna de las dos chicas, logrando que ambas se voltearan con dirección a las blancas puertas del armario.


- Araa~ - Nana dijo al saber que ya no había caso en seguir intentando salvar a la rubia.


- Puedes salir del armario ahora, Saijou Claudine.


Las puertas lentamente se abrieron mostrando a una sonrojada Claudine que simplemente sonrió avergonzada ha ambas chicas antes de decirles – ¿B-Bonjour~?

 

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