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  • Foto del escritorEri1305

Desvanecimiento

Las festividades estaban llegando a Japón, lo cual a su vez traía consigo uno que otro día feriado, por lo cual muchas de las chicas de la residencia aprovechaban de volver con sus familias para después reintegrarse nuevamente a sus habituales labores escolares. Si bien todo el ambiente se sentía un poco solitario, era algo que Claudine debía aprovechar a la perfección, solo practicar y practicar, más aún cuando Tendou Maya, una de las pocas que al igual que ella se había quedado en la residencia, había desaparecido desde la madrugada.

La última vez que la había visto fue en el desayuno, el cual compartido junto a ella y a Futaba.


Pero eso no importaba – Que haga lo que quiera, como si me importara... — dijo alegremente al aire mientras arreglaba su leotardo para ensayar en la pequeña sala de práctica que tenían en la residencia.


Las horas pasaron y el sol poco a poco empezó a bajar, Claudine en ningún momento flaqueo, hasta que luego de realizar un giro sintió la puerta de la sala abrirse, sabiendo quien podría ser, se detuvo al instante para tomar una bocarada de aire y calmar las pulsaciones de su corazón debido al entrenamiento. Se arregló un poco el cabello y antes de girarse le habló – Pensé que serias más aplicada, ya casi se acaba el día y no entrenaste nada. Quién lo hubiera pensado de— pero sus palabras se cortaron en el aire cuando una vez frente a ella vio a la baja pelirroja.


— No pensé que me estarías esperando para practicar, no es común de ti – Le respondió Futaba con un poco de risa.


Rápidamente Claudine se arrepintió de lo que había dicho – N—No, ¡No era eso lo que iba a decir! – intento excusarse con la más bajita, pero ella la conocía bien.


— ¡Ya veo! – Dijo con asombro cuando por fin lo había comprendido – Estabas esperando a Tend— Pero en el acto, la mano de la rubia le cubrió la boca — ¡N—¡No digas ese nombre, está prohibido aquí! – Quería creer que la pelirroja la entendería, así que apartando su mano le hizo un gesto de "shhh" con sus dedos para después soltar un pesado suspiro.


— ¿Cuánto tiempo llevas entrenando, Kuroko? – Le pregunto a Claudine una vez que logró fijarse en la pequeña línea de sudor que recorría desde su frente a la mejilla – No me digas que desde el desayuno...


La rubia rápidamente apartó la vista, sabía que Futaba le llamaría la atención si le decía que sí, y es que ni ella misma había logrado percatarse de cómo las horas se fueron volando, probablemente su mismo cuerpo le ordenó hacer aquello hasta que su enemiga llegará, porque, sabía que Tendou Maya en algún momento tendría llegaría ahí, probablemente la vería e intentaría dar lo mejor de ella para que Claudine se sintiera inferior, porque eso es lo que hacen los enemigos. Provocarte malestares en el pecho y atormentarte con su presencia día y noche.


Por ello, la rubia entrenaría y entrenaría hasta que la "señorita perfecta" apareciera ante ella y recién entonces Claudine le demostraría que no es débil.


Pero eso nunca ocurrió, Tendou Maya no apareció.


— Quizás sea mejor que tomes un baño y después comas algo, Kuroko – le aconsejo Isurugi apartándose – yo trapeare un poco el lugar, solo ve – añadió moviendo ambas manos.

Claudine agarro una pequeña toalla blanca de mano que tenía descansando en el suelo y se despidió de la pelirroja desde la puerta – Te debo una, Futaba – y con una sonrisa partió rumbo a los baños de la residencia.


◇◇◇


El vapor del cuarto de baño cubrió todo el lugar, Claudine enjabono su cuerpo y tomo una ducha rápida para después ir directo a la gran bañera y sumergir su delicado cuerpo en las tibias aguas. Sabía que no debía quedarse mucho tiempo en aquel lugar, porque lo más probable era que el hambre y el cansancio prontamente le pasaran la cuenta, pero tenía que admitir que las cálidas aguas lograban relajar su cuerpo a tal punto de hacerla cerrar sus ojos por algunos minutos.


El silencio que la había acompañado desde que se había instalado en el cuarto de baño, de un momento a otro se vio interrumpido con el sonido de la puerta abriendo y cerrándose. Claudine no se dignó a moverse de su posición, hasta que sintió los pasos de aquella persona que aún seguía en silencio, mucho más cerca — ¿Futaba? Demoraste mucho – dijo la rubia aun con los ojos cerrados – ven y toma un baño conmigo, el agua esta perfecta... — pero el silencio de la que pensó seria la pelirroja estaba resultando, por decir lo menos, bastante extraño. Así que, cuando al fin sintió las aguas moverse a causa de que otro cuerpo había entrado a la bañera, abrió sus ojos.


— Vaya, lo siento – Claudine la miró anonadada, no pensó que la castaña seria quien había ingresado al cuarto de baño y menos que ahora se encontrara con ella compartiendo el mismo espacio — pero Isurugi está cenando, espero no te moleste que sea yo quien se una – le respondió Maya regalándole una sonrisa a la rubia.


Ignorando el comentario anterior de la castaña, Claudine soltó enojada — ¿Ahh? ¿Vienes llegando a estas horas? – prosiguió respondiéndole sin apartar la vista de sus ojos — sabes que el toque de queda es a las 6 – le dijo burlonamente a Tendou, quizás con rabia por no saber dónde se había metido aquella chica durante todo el día — jamás pensé que alguien como tú rompería las reglas.


— Tenía cosas que hacer – le respondió seca, pero elegantemente Maya.


— ¿Más importantes que ensayar? – El ambiente poco a poco parecía más caluroso que como estaba en un principio, tal vez porque su propio cuerpo ya le decía que el tiempo en aquel cuarto de baño había llegado a su límite, pero a ella poco le importo, por fin tenía la atención de su enemiga para ella sola, su cuerpo tendría que aguantar a como dé lugar — debí quedarme con Futaba ensayando – soltó por último, pero para su extrañeza, Tendou Maya no respondió.


Claudine se la quedó mirando curiosa a recibir alguna respuesta, pero nada salía de los labios de la castaña, hasta que de forma calmada respondió — Claudine, no hagas eso.


¿¡Pero quién se creía que era ella para decirle eso!? ¿¡Después de que Claudine la había estado esperando todo el día en la sala de ensayo!?


La rubia se indignó de sobremanera ante las palabras de Maya — ¿¡Qué!? – soltó enojadísima Claudine, mientras golpeaba el agua de la bañera — ¿¡Ahora ni siquiera puedo ensayar con una amiga!?


Su pecho poco a poco comenzó a doler más, Claudine no tenía la intención de discutir por algo como esto, por lo cual no encontró nada mejor que retirarse, pero para su sorpresa y en un acto que no vio venir, las manos de la otra chica sostuvieron las suyas por debajo del agua, la rubia levanto su mirada para luego encontrarse el cuerpo y la cara de Tendou Maya mucho más cerca de lo que nunca antes había estado.


Claudine sintió como poco a poco el rostro de la otra muchacha se aproximaba más a su cara para luego susurrarle — Aunque no lo parezca, soy una persona muy celosa.


— T—Tendou Ma— Las palabras de la rubia murieron en el aire cuando la boca de la castaña la bloqueo con un cálido beso que con los segundos paso a ser un deseoso beso francés, la mente de Claudine en aquel momento hizo un corto circuito, tenía sus ojos cerrados para disfrutar de mejor manera aquel momento con su enemiga, pero en el instante en que una de las manos de Maya soltó la suya y fue directo a su cintura, todo dentro de ella se apagó.


A lo lejos Claudine escucho a Maya llamarla por su nombre, pero no podía abrir los ojos.

Probablemente de felicidad, Claudine se había desmayado.


◇◇◇


A regañadientes la rubia se movió en su cama, venía recién despertándose con un gigantesco dolor en su cabeza. Abrió sus ojos y vio a Futaba sentada al lado de su cama, Claudine solo atinó a preguntarle — ¿Qué pasó? – aun con dolor en su cabeza.


Isurugi pensó en cómo responder, ya que ni ella misma estaba del todo segura sobre lo que había ocurrido — Al parecer, te desvaneciste en el baño – Soltó, mientras acercaba una bandeja con comida sobre las piernas de Saijou — Tendou-san dijo que cuando entro al cuarto de baño te vio con el rostro sonrojado y durmiendo en la bañera, parece que te desmayaste por el exceso de vapor.


Claudine quedó un poco consternada por lo que la más baja le había dicho — ¿E—Eh? – fue en ese momento que pequeñas imágenes de lo que había pasado en el cuarto de baño golpearon su mente – "¿¡F—Fue un sueño!?" – pensó para sí misma sonrojándose de sobremanera.


— No te preocupes – intentó animarla Futaba — incluso te preparo algo de comida.

 

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